La carta natal es una representación de nuestro ego, es decir, de la estructura que ha tomado la conciencia a través de nosotros. Es nuestra “forma de Ser”.
Como la astrología es un lenguaje simbólico, para poder interpretar una carta natal debemos delegar a un astrólogo su explicación, que es quien pondrá en palabras que entendamos lo que hay dibujado en la carta, o bien podemos aprender nosotros el lenguaje astrológico. En una primera instancia quizás optemos por la primera opción, pero sin duda mi recomendación sería la de que todos nos hiciéramos responsables de aprender astrología para conocernos mejor a nosotros mismos y, además, desarrollar así también nuestra capacidad simbólica.
En astrología psicológica los planetas funcionan como arquetipos, es decir, cada uno de ellos simboliza y se asocia a funciones específicas de la conciencia humana
Una carta natal está compuesta por planetas, signos, casas y aspectos. Hoy quiero empezar por los planetas, porque en astrología se va sumando conocimiento por capas, y la primera que debes entender es la función arquetipal que tienen los planetas en nuestra carta. Aunque para la interpretación de una carta natal no solo se tiene en cuenta el significado del planeta, sino también su posición en signos y casas y los aspectos que se forman entre los distintos elementos de la carta natal. Pero esto es algo que iremos viendo en próximos artículos. Paso a paso. De momento recuerda también que para poder sacar más provecho a este artículo y los siguientes que vendrán mi recomendación es que calcules tu carta natal y que con el dibujo de ella en tu haber te vayas familiarizando con este nuevo lenguaje tan apasionante.
En astrología psicológica los planetas funcionan como arquetipos, es decir, cada uno de ellos simboliza y se asocia a funciones específicas de la conciencia humana que están encarnados y activos en cada uno de nosotros. Esto podría indicar que los arquetipos planetarios nos predisponen a vivir con unos patrones de conducta que emergen en nosotros de manera inconsciente, pero lo cierto es que dependiendo de la atención que les prestamos y el trabajo personal que hagamos con ellos los podemos llegar a manifestar de una manera u otra y, además, evolucionar a través de ellos. Porque algo que debe quedar muy claro es que los planetas no nos afectan, no nos “provocan” nada, es decir, no es una relación de causa y efecto de los planetas hacia nosotros, porque nada nace de ellos. Lo que ocurre es “como es arriba es abajo y como es abajo es arriba”, es decir, los planetas y nosotros vamos sincronizados y bailamos al son de una misma melodía. Nosotros somos movidos por la misma fuerza que mueve a los planetas.
Todos disponemos de todos los planetas en la carta natal, pero los tenemos ubicados de manera diferente y los vivimos también de distintas formas en función del grado de conciencia que hemos desarrollado. Este mismo hecho de tener los planetas distribuidos de manera diferente en nuestra carta es uno de los factores que explica que seamos tan distintos unos de otros. De manera que lo importante es que una vez hemos conocido el significado de cada planeta de manera arquetípica general podamos identificar cuáles de ellos están representados de una manera más relevante en nuestra carta natal, ya que serán estos a los que deberemos prestar más atención. Cada planeta de nuestra carta tiene unas cualidades a desarrollar, de manera que conocerlos nos permite descubrir nuestros talentos innatos, qué retos nos propone la vida, de qué manera los podremos superar, cómo podemos evolucionar como seres humamos y qué hemos venido a expresar en esta vida.
Los planetas no nos afectan, no nos “provocan” nada, es decir, no es una relación de causa y efecto de los planetas hacia nosotros, porque nada nace de ellos
Los planetas que puedes ver representados en tu carta natal son los siguientes (los veremos con detalle en otros artículos):
- Sol: Centro de la personalidad, autonomía, voluntad, confianza, vitalidad...
- Luna: Emoción, afecto, sensibilidad, fantasía, empatía, niño interior...
- Saturno: Responsabilidad, disciplina, seguridad, control, limitación, deber...
- Mercurio: Comunicación, pensamiento, inteligencia de hemisferio izquierdo...
- Júpiter: Expansión, búsqueda de la verdad, viajes, hemisferio derecho...
- Marte: Acción, iniciativa, energía, masculinidad, conquista, asertividad...
- Venus: Amor, belleza, armonía, feminidad, placer, creatividad, confort...
- Plutón: Transformación, regeneración, pulsión, sexualidad, intensidad...
- Urano: Libertad, invención, inspiración, no-convencional, genialidad...
- Neptuno: Resonancia, disolución, trascendencia, amor incondicional...
Al conocer más profundamente nuestra carta natal nos damos cuenta de que hay planetas que discrepan entre ellos, creando una tensión y contradicción dentro de nosotros que si no la reconocemos nos hace sufrir. El gran reto que tenemos es permitir que todas las voces que hay en nosotros que quieren emerger lo hagan, de una manera armoniosa y fluida. Normalmente no es así porque resulta imposible encarnar todos los planetas de nuestra carta, o al menos hacerlo simultáneamente, de manera que tendemos a identificamos con unos arquetipos planetarios y dejamos en sombra, proyectados en otras personas y circunstancias de nuestra vida, aquellos que por nuestra configuración psicológica nos cuestan más de aceptar porque ponen en duda algún aspecto de nuestra personalidad. Es entonces cuando sentimos malestar, confusión, emociones negativas e incluso sufrimiento. El problema de ello es que además de pasarlo mal y angustiarnos nos victimizamos y llegamos a pensar que las relaciones que vivimos y las cosas que suceden a nuestro alrededor no tienen nada que ver con nosotros, cuando en realidad no es así. Lo interesante entonces es reconocer cada arquetipo que hay en nosotros, ponerle luz, y observar la relación que mantenemos con esa función específica de la conciencia.
Arquetipos y desarrollo personal
Cuando tomamos conciencia de los distintos arquetipos planetarios que habitan en nosotros, entendemos las fuerzas arquetípicas que más nos atraviesan y nos atrevemos a estimularlas de manera creativa, estamos haciendo un trabajo personal realmente transformador. En cambio, cuando no nos mostramos abiertos a dejar emerger las cualidades de los diferentes arquetipos padecemos crisis importantes, bloqueamos nuestro desarrollo personal, sentimos muchísima confusión y desubicación, nos frustramos, enfermamos, vivimos en un rol de víctimas sintiendo que las cosas suceden para jorobarnos sin propósito alguno y vivimos en un auténtico caos sinsentido. Para ahorrarnos el dolor de dejarnos atravesar por las contradicciones internas terminamos viviendo en un sufrimiento crónico que no nos deja vivir de una manera auténtica; solo sobrevivimos, sin conciencia y alejados de quienes somos realmente. Y de esta manera nunca aprenderemos ni evolucionaremos, que es lo que verdaderamente hemos venido a hacer en este plano terrenal. Así que lo más recomendable es hacernos responsables de nuestra carta natal, de la vida que se nos ha dado, de una manera activa y proactiva.
En definitiva, los planetas de nuestra carta natal son capacidades potenciales que necesitan descubrirse y cultivarse con el fin de manifestarlas constructivamente y llegar así a sentirnos completos y realizados. Lo sano es ejercitar la función psicológica de cada arquetipo en lugar de vivir los planetas como fuerzas maléficas de quienes debemos protegernos o desatenderlos. Si hacemos esto lo único que conseguiremos es que se queden en sombra o en nuestro inconsciente, ya que como vimos en el anterior artículo, nuestra carta siempre se está manifestando, ya sea por activa o por pasiva a través de personas y circunstancias de nuestra vida. Entonces, lo mejor que podemos hacer es reconocer las fuerzas planetarias que habitan en nosotros, darles su lugar y ayudar a que se vinculen entre ellas de manera cooperativa. Esto nos permitirá aprender a discernir qué pide cada momento, detectar lo prioritario para cada uno de nosotros en particular, actualizar nuestra manera de vivir de forma adecuada a quienes somos y seguir desarrollando nuestros talentos, potenciales y propósitos únicos y singulares.
Lo sano es ejercitar la función psicológica de cada arquetipo en lugar de vivir los planetas como fuerzas maléficas de quienes debemos protegernos o desatenderlos
Hacer este viaje de autoconocimiento y desarrollo personal sin una herramienta es complicadísimo, pero gracias a la astrología psicológica podemos comprender nuestras distintas subpersonalidades y llegar a encontrar nuestra propia combinación y correlación de fuerzas, permitiendo expandirnos hacia algo más amplio y genuino que nos haga sentir más plenos y convertir nuestra vida en algo extraordinario.
Los planetas que puedes ver representados en tu carta natal son los siguientes (los veremos con detalle en otros artículos):