La ansiedad puede presentarse de muchas maneras. Aunque es uno de los trastornos más comunes hoy en día, especialmente desde la pandemia, todavía sigue siendo uno de los más complicados de entender.
Uno de los grandes problemas que hay con la ansiedad es el prejuicio y desconocimiento que se tiene en general sobre ella. La típica frase que mucha gente dice al tener solo un poco de nerviosismo y ya califica como "tengo ansiedad", lo único que hace es seguir creando un estigma sobre este trastorno.
Los síntomas de la ansiedad
Quienes la padecen realmente pueden sufrir síntomas físicos como fatiga, pasar noches sin dormir dándole vueltas a las cosas, dolores musculares, temblores, náuseas... Pero, sobre todo, la ansiedad se reconoce por los síntomas interiores, por esa constante sensación de estar alerta, como si algo malo fuera a pasar. ¿Te imaginas vivir en un continuo nerviosismo, agitación o tensión? Pues algo así.
Cuando estos síntomas se alargan en el tiempo y llegan a interferir en el día a día, es necesario ver a un profesional que nos aconseje si es necesario recurrir a medicación o a terapia psicológica para mejorar la situación. En cambio, cuando se trata de casos más leves, hay actividades con las que puede bastar para ayudarnos a relajar el cuerpo y, sobre todo, la mente durante unas horas.
Aunque pueda parecer una tontería, estar concentrado en una manualidad hace que te olvides durante un tiempo de ese peligro constante en el que tu cuerpo está pensando, y al final notas cómo te vas relajando. Y si además se trata de una actividad que te gusta y que te ayuda a desarrollar tu creatividad, el resultado puede ser maravilloso.