La llegada de un bebé a casa supone una revolución e implica enormes cambios en la rutina todos los miembros de la familia, incluidas las mascotas. En España hay 20 millones de mascotas censadas, por lo tanto, muchos de los bebés que vengan al mundo tendrán que convivir con una de ellas. El bebé robará mucho tiempo a los padres, sobre todo si son primerizos, pero tampoco hay que descuidar a la mascota porque se puede sentir excluida del círculo familiar y puede sentir incluso celos del recién nacido. Además nunca hay que olvidar que, al contrario de un estorbo, nuestro perro o gato puede ser una buena compañía para el niño, siempre que aprenda a respetar al animal.
Beneficios físicos y emocionales de la convivencia entre bebés y animales
Según los expertos de Nutritienda.com, los niños que conviven con gatos y perros tienen menos otitis, menos síntomas o infecciones del tracto respiratorio, desarrollan menos alergias, y aquellos que están en contacto con tres animales o más tienen menos probabilidades de padecer alguna alergia que los niños que no conviven con mascotas. Las mascotas aportan a los niños se encuentran también una mejor socialización, mayor empatía e inteligencia emocional, compasión o adquisición temprana de responsabilidades.
Para aprovechar estas ventajas y que ni el bebé ni las mascotas lo pasen mal bajo el mismo techo, existen una serie de medidas que pueden facilitar la convivencia, y de paso ahorrar tiempo y preocupación a los padres.