Aprovechamos que el 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje para ayudar a luchar contra el cambio climático también a través de algo que utilizamos diariamente y de lo que a menudo somos muy poco conscientes: la ropa.
En efecto, todas podemos poner nuestro granito de arena y ayudar a proteger nuestro planeta reduciendo el impacto medioambiental de nuestros hábitos de consumo, haciendo un mejor uso de los recursos naturales a la hora de elegir nuestras prendas de ropa.
Seguro que ya habrás oído hablar de las últimas tendencias ecológicas en el mundo de la moda y de las nuevas apuestas por el uso de materiales ecológicos y orgánicos para contribuir a una producción más sostenible. Moda 'slow', vegana, ecológica… Pero, ¿conoces realmente qué se esconde detrás de toda esta amalgama de conceptos? Si quieres subirte al carro de la moda responsable, es importante que sepas distinguir sus implicaciones.
Prendas libres de tóxicos, materiales ecológicos y cadenas de producción más transparentes que defienden condiciones de trabajo dignas son algunos de los estandartes que encabezan este gran movimiento contra el cambio climático. Grandes marcas como H&M y Oysho también se han añadido al compromiso con el medio ambiente con sus nuevas colecciones confeccionadas con tejidos de origen sostenible y reciclados, además de otras muchas marcas más pequeñas como Veganized o Thinking Mu. Sí, este verano, ¡se lleva el reciclaje!
¿Moda sostenible o moda saludable?
El término ‘sostenible’ ha hecho mella en la industria de la moda por tratarse de un sector muy a menudo estigmatizado por seguir políticas y prácticas que están muy lejos de la progresiva sensibilización social por la protección del medio ambiente y los derechos humanos.
Sin embargo, este concepto abarca menos de lo que pensamos, ya que no toda la moda ‘saludable’ tiene por qué ser ‘sostenible’: las marcas de productos ecológicos u orgánicos, por ejemplo, no tienen por qué seguir las premisas del comercio justo o una ética que abogue por unas condiciones de trabajo dignas.
La Eco Intelligent Growth (EIG), la única organización española acreditada para evaluar el triple impacto positivo de los productos (en el medio natural, en las personas y en la economía) nos ayuda a discernir entre la gran confusión de términos asociados a la sostenibilidad. Para que entiendas mejor cómo contribuyes a proteger el medio ambiente a través de la moda.
Entiende lo que estás comprando
Moda ecológica, ‘eco’ u orgánica: hace referencia a los métodos de producción y los materiales empleados en la fabricación de la ropa, entre otros. Existe una percepción equivocada y cada vez más extendida de este tipo de moda, ya que muy a menudo sus procesos de producción requieren mucho agua y pesticidas, con lo que no son necesariamente muy sostenibles.
Moda vegana: se trata de ropa y accesorios de moda que no contienen componentes de origen animal. Si tenemos en cuenta los procesos de reciclaje, la EIG nos advierte de que utilizar materiales como el cuero, teniendo en cuenta que es un subproducto inevitable de la industria cárnica, es en realidad un recurso muy eficiente. Además, muchos artículos veganos contienen productos que provienen del petróleo, una sustancia para nada sostenible.
Moda ‘slow’, o ‘slow fashion’: es un movimiento que engloba el concepto de ‘moda sostenible’, y la antítesis a la conocida como ‘fat fashion’. Se trata de una filosofía que aboga por una mayor concienciación con el medio ambiente e intenta combatir los estragos causados por la moda industrializada a través del comercio justo o el consumo responsable.
Moda ‘upcycling’: Este modelo parte de la idea de alargar la vida útil de nuestros productos, ya sea reutilizándolos, o modificándolos. La proliferación de las tiendas de segunda mano es un buen ejemplo de este movimiento.
Moda saludable: Se trata de un término muy genérico para hacer referencia al uso de materiales que so sean carcinogénicos o tóxicos en la confección de artículos de ropa, y a un intento por que todos los materiales empleados sean saludables y hayan sido producidos sin pesticidas.
Moda ‘cruelty free’: Hace referencia a artículos de moda que pueden contener materiales procedentes de los animales, pero en los que se ha podido verificar que no ha habido maltrato animal durante la vida ni en su obtención.
Moda consciente: es el término paraguas que engloba al resto de modas que hemos mencionado, pero se enfoca más en una reflexión por parte del consumidor, en que nos planteemos de dónde procede la ropa que compramos, cómo ha sido manufacturada, en qué condiciones, etc.
Moda sostenible: Como decíamos anteriormente, la EIG nos advierte de que vayamos con cuidado con este gran concepto ya que abarca muchos movimientos diferentes. Es una filosofía más enfocada al ciclo de vida del producto, que se puede traducir en una reducción del impacto medioambiental y de los recursos en el proceso de producción, su transporte, packaging o el cuidado que haga el propio usuario.
Moda circular: este movimiento puede revolucionar la forma en la que entendemos el mundo y la industria de la moda. Es una transformación del concepto de producto que, en lugar de ser entendido como algo que acabará en las manos de un consumidor, se concibe como algo que será utilizado por alguien en concreto durante un tiempo, pero luego continuará circulando sin perder su valor.