¿Por qué nos obsesionamos tanto con el dinero? ¿Por qué tomamos nuestras decisiones teniendo en cuenta el dinero por encima de todo lo demás? Lucía Terol lo explica en una de las ponencias de la Cumbre La Mujer y el Dinero. Creadora de ‘Sencillez plena’, se define como “minimalista y organizadora profesional”. Lógicamente, su concepto del dinero también está muy ligado al minimalismo (entendiéndolo como identificar aquello que nos aporta valor, priorizarlo y dejar ir lo que no, y no como sinónimo de escasez).
Terol explica cómo ha cambiado el concepto del dinero a lo largo de su vida. Hace unos años trabajaba en cooperación internacional, por lo que tenía que viajar a muchos lugares, entre ellos algunos donde conocía a gente con muy poco dinero. “Tenía la sensación que, siempre y cuando las necesidades básicas estuviesen resueltas, las personas irradiaban una alegría que echaba de menos en España”. Fue clave para que se diera cuenta de que su relación con el dinero no era sana: evitaba hablar de él, pero en contraposición era el centro de su vida. “Tomaba todas las decisiones por el dinero. Esa incoherencia me llevó a una nueva definición del dinero: una energía que nos permite descubrirnos y vernos”.
Y ¿qué significa el dinero para las mujeres? Al acompañar a mujeres a iniciarse en el minimalismo, Terol se ha dado cuenta de que “para las mujeres, el dinero es un espacio de autodescubrimiento y algo muy sanador. Hay muchos conceptos vinculados al dinero y a la mujer (sacrificio, merecimiento, suficiencia…), y todos ellos se muestran de forma muy tangible en cómo manejamos esta energía. Nos permite ver no lo que creemos que somos, sino lo que hay”.
Explicado de otra manera, el dinero nos permite ver si hay en nosotras sentimientos de culpa, de dudas, exceso, si utilizamos las compras como terapia y un largo etcétera. Nos sirve para conocernos y, a partir de ahí, aprender a tomar decisiones sanas.
Minimalismo
Al contrario de lo que se suele creer, minimalismo no es siempre sinónimo de “menos es más”, sino de “con más sentido es mejor”, que al final se resume en “lo importante no es aquello que dejamos ir, sino aquello para lo que dejamos espacio”.
En esta línea de minimalismo, la ponente habla de finanzas claras, no desde la perspectiva de clarificarlas (que también), sino de clarificarnos a través de ellas. Su experiencia le enseñó que “a partir de empezar a hacer mi control de ingresos y gastos descubrí que una cosa era lo que creía que me aportaba valor, y otra cosa a lo que realmente daba valor, como me mostraba mi cuenta bancaria”.
Y es que los procesos de compra de cualquier bien material suelen ser muy emocionales, aunque los creamos racionales. Compramos para satisfacer el control emocional: comprar muchas cosas significa que estamos intentando tapar algún tipo de dolor emocional. Lo importante es preguntarse: “¿por qué invierto esta energía en forma de dinero en comprar productos que quizás no necesito? Suplimos nuestras necesidades comprando productos que no solo no rellenan esa necesidad, sino que la alimentan”.
La forma de gastar mi dinero me sirve para darme cuenta de si estoy intentando suplir algo emocional con un bien material
La idea es, en resumen, que seamos capaces de detectar fugas de energía a través de nuestras inversiones con la finalidad de autodescubrirnos. Cuando hacemos ese proceso, somos capaces de atender ese dolor de raíz: “el dinero solo refleja aquello que necesitamos ver”.
Relación con el dinero
Hay cuatro principales personalidades en nuestra forma de relacionarnos con el dinero que dependen de nuestras experiencias y de lo que hemos vivido desde pequeños, aunque estas vivencias pueden tener consecuencias muy diferentes entre distintas personas.
- El evitador: aquella persona que no quiere oír hablar de dinero. No quiere saber cuánto tiene, no le importa cuánto gasta. A fin de cuentas, está constantemente evitando hablar del tema.
- El acaparador: aquel que siempre guarda “por si acaso”, el ahorrador máximo. Tiende a no permitirse incluso lo que necesita con la excusa de que “hay que ahorrar”.
- El dador: esa persona con una teoría bastante ‘espiritual’ que considera que el dinero no es importante. Tiende a darlo “por el bien”, y se trata de una personalidad muchas veces relacionada con el evitador.
- El gastador: aquel que gasta todo lo que le entra sin apenas darse cuenta.
Estos cuatro perfiles nos permiten ser conscientes de que son formas de comportarnos en relación con el dinero. “Más allá de la tendencia de cada persona, la idea es que seamos conscientes de dónde estamos y cuál es nuestra personalidad principal para poder identificarnos”, apunta la ponente.
Mujeres no merecedoras
El sentimiento de merecimiento está muy presente en la mente de las mujeres, sea cual sea su personalidad. “Es algo muy vinculado en mujeres, sobre todo por el querer agradar a todo el mundo, algo que muchas veces conlleva sacrificarse”. El merecimiento es algo que se manifiesta a nivel de finanzas, pero que está latente en otros muchos espacios.
¿Qué propone la esencia minimalista? Para empezar, reconocer estas tendencias y observar nuestras necesidades. Permitámonos incluir algún lujo con sentido: comprarnos flores, comida que nos haga ilusión o, en definitiva, pequeñas cosas que en otras ocasiones no nos permitimos.

Controlar nuestras finanzas
La primera propuesta de Terol para ser conscientes de nuestra relación con el dinero es controlar los ingresos y gastos, pues las finanzas nos irán guiando y orientando.
“Llevar el control de los ingresos y los gastos nos permite vernos, ver dónde está el dinero, a qué lo dedicamos”. Hay muchas formas de hacerlo: en una pequeña libreta, en el móvil, en una hoja de Excel, en la propia aplicación del banco…
Cuanto menos te interesa el dinero, más fluye. Si nos obsesionamos con la energía, se bloquea
Asimismo, recomienda hacerlo “por categorías, yendo al detalle”: vivienda, alimentación, hijos o, en definitiva, todo aquello que queramos observar o de lo que queramos hacer un seguimiento. Eso sí: categorías con detalle, pero simplificando al máximo “para que sea sostenible a largo plazo”, apunta la creadora de ‘Sencillez Plena’.
Este proceso nos permitirá dar respuesta a preguntas como “¿de verdad quiero invertir energía aquí?, ¿realmente esto me aporta valor? Nos permite ver dónde hay fugas, pero también donde necesitamos poner más energía.
Construir una relación sana con las finanzas
La relación de Lucía Terol con el dinero ha cambiado mucho: “estoy probablemente en el momento más abundante y con mayor afluencia de dinero de mi vida, y al mismo tiempo es cuando siento menos apego y dependencia hacia esta energía”.
El proceso es muy largo, por eso “no lo veo como algo superado, pero sí siento un cambio en mí. Ahora tengo una relación mucho más sana con esta energía: me siento agradecida de que esté en mi vida, pero no tengo la necesidad de aferrarme a ella”. Un fluir, en definitiva, mucho más natural: “como si fuese la naturaleza trasladada a modo de metáfora en el dinero”, explica Terol.
Cometemos un gran error al desplazar nuestra felicidad al futuro pensando que “cuando tenga X seré feliz”. La idea es que logremos encontrar esa abundancia en el momento de ahora, y no solamente a través del dinero. Al final, todo se resume en que “si no eres feliz con lo que tienes, con lo que te falta tampoco".