Estar ocho horas diarias en la oficina nos obliga a crear un ambiente laboral que promueva el bienestar físico y emocional. La luz, el color y la armonía son los mejores aliados para organizarla y los factores que influyen en nuestro trabajo.
Psicólogos y arquitectos coinciden en que el ambiente de trabajo es tan importante como el del hogar, ya que una oficina mal planificada afecta a la actitud del trabajador hacia las tareas, entorpece su desempeño y puede causar molestias físicas y emocionales. La clave es procurarnos un ambiente laboral luminoso, inspirador y organizado, que nos guste y, sobre todo, que favorezca el rendimiento individual y en equipo.
Las condiciones ambientales condicionan el bienestar integral del individuo. El trabajador está influido por factores externos propios del escenario laboral. Los más conocidos, desde la perspectiva de la psicología organizacional, son la ergonomía, la iluminación, el color, el ruido y la temperatura. Una interacción nociva con estos factores puede provocar las conocidas enfermedades del trabajo: lesiones dorsolumbares y músculo-esqueléticas, traumatismos repetitivos y, por supuesto, trastornos psicológicos como ansiedad, depresión y estrés.
Un ambiente de oficina inadecuado también puede generar frustración, apatía y fatiga. Cuando el estado de ánimo se deteriora, merman la calidad y cantidad de la producción. Por otro lado, el equilibrio es la clave para decorar ambientes de trabajo: mobiliario de calidad, diseño abierto e innovador, luz natural, combinación de colores y ventilación óptima crean un conjunto motivador que influye en el rendimiento. Tenemos que decorar la oficina sin que las tendencias interfieran en la comodidad y apostar siempre por la funcionalidad.
Sentirse a gusto en la oficina
Psicólogos y arquitectos coinciden en que el ambiente de trabajo , tras 8 horas diarias en la oficina, es tan importante como el del hogar.

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