El tricot se consideraba, hace unas décadas, un pasatiempo pasado de moda, pero desde hace unos años resurgió como un hobby que gana cada vez más adeptos. Se trata de una actividad que se puede hacer en casa y cuya naturaleza repetitiva (lazada tras lazada), al actuar como un mantra, tiene un efecto relajante. Además, se pueden producir jerséis, bufandas, gorros y hasta broches o accesorios capilares.
El tricot o punto consiste en tejer lana o hilo de algodón dando una serie de lazadas. Estas lazadas generan puntos que, unidos, conforman una malla. El tricot se hace con dos agujas largas cuyo grosor determinará el tamaño del punto y, por lo tanto, el grosor y espesor del tejido que se elabore. También se puede trabajar en la tensión de la tela haciendo las lazadas más juntas o más separadas.
Una buena manera de empezar es utilizar la primera bufanda para practicar los dos puntos básicos del tricot: el punto de del derecho y el punto del revés. Existen lanas de muchísimos colores distintos. Además, en internet hay patrones gratuitos y vídeos que enseñan a hacer tricot. También existen muchos cursos de iniciación al tricot y grupos que quedan para tejer, con lo que este hobbie se puede convertir además en una oportunidad para hacer amigos.