Según el escritor y maestro místico George Gurdjieff, el hombre tiene tres centros: el intelectual, el emocional y el físico. Estos, que trabajan de forma independiente, pueden llegar a converger mediante los movimientos para llegar a la armonía.
Gurdjieff se basó en la teoría de que las danzas son un modo de comunicación con lenguaje universal, que cada movimiento, postura o gesto tienen su equivalencia en frases y palabras. A partir de aquí desarrollo una técnica que sirviera de enlace entre el mundo interno y el externo, utilizando los movimientos corporales como vía de liberación.
Los movimientos de la danza sagrada Gurdjieff tratan de despertar al cuerpo para que deje de ser una barrera y pase a ser un instrumento, un enlace a la inteligencia interior desarrollada por el espíritu. Cada posición y gesto de esta danza tiene un orden predeterminado que conforma un lenguaje universal y conecta con una energía. Todo tipo de energía conlleva un movimiento propio y definido para liberarla.
A partir de estos movimientos se logra trabajar en comunión entre la mente y el cuerpo y establecer contacto con las energías interiores para destapar pretensiones ocultas y reacciones de nuestro ser, al tiempo que estaremos cada vez más cerca de encontrar el verdadero "yo".
Un lenguaje universal de movimientos y danza
Los movimientos que se ejecutan en las danzas sagradas Gurdjieff permiten conectar el mundo interior con el exterior a través de unos desplazamientos ordenados del cuerpo para encontrar el verdadero "yo".
