El Delta del Ebro ofrece una actividad accesible a todos, como la placentera observación de 325 especies de aves que favorece el contacto con la naturaleza en una acción sostenible. En estrecha relación con la conservación de la vida silvestre y la conciencia ambiental, el avistamiento de aves se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años. Como una forma de conectar con la naturaleza y el cambio de estaciones, la observación de aves es un pasatiempo relajante que favorece el equilibrio mental y se puede combinar con actividades como el ciclismo, el senderismo y la fotografía.
La observación de aves es accesible a todo el mundo. No es necesario ser un experto ni disponer de un costoso equipo. Basta con unos prismáticos para que las emociones florezcan en los momentos de los avistamientos más extraños. El contacto directo con la naturaleza proporciona una sensación de bienestar y además forma al individuo.
Hay muchos lugares para la observación, pero en España destaca por encima de todos el Coto de Doñana y el Delta del Ebro. Este último es la zona húmeda más importante del Mediterráneo Occidental y tiene importancia internacional para ocho especies de plantas y 69 de fauna vertebrada, la mayoría aves. Allí se reúnen cerca de 325 especies de aves de las aproximadamente 600 existentes en Europa. Durante los meses fríos, más de 300.00 pájaros utilizan el Delta como cuartel de invernada, principalmente gaviotas y patos. Durante la primavera y el verano, 27.000 parejas diferentes se reproducen a lo largo de las diferentes colonias de cría del parque.
Un relajado avistamiento de pájaros
El Delta del Ebro ofrece una actividad accesible, como la placentera observación de 325 especies de aves que favorece el contacto con la naturaleza.

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