El negro y el rojo, unas coloridas luces de neón y un hilo musical muy festivalero dan la bienvenida a GoXO. Una carta de presentación poco convencional, como tampoco lo son los platos de este restaurante que el cuatriestrellado chef Dabiz Muñoz abrió hace un año y medio en la capital catalana.
Llegamos a él tras entrar en el hotel NH Collection Barcelona Constanza y subir al primer piso. Entramos, nos acercamos a la barra, miramos la carta y decidimos. Aunque no es muy extensa, llama la atención todo lo que ofrece. Ingredientes asiáticos y sudamericanos, combinados con otros de aquí y aderezados con salsas.
Cuesta elegir, porque todo es llamativo, innovador y muy apetecible. Propuestas de fast food de nivel que incluyen la esencia de la cocina de Dabiz Muñoz con el toque gamberro de StreetXO, combinado con platos icónicos, como perritos y hamburguesas.
Una vez escogidos los platos, pagas, te dan el ticket y esperas en una mesa hasta que tu número sale en una pantalla. Te levantas, recoges la comida en la barra, vuelves a la mesa con una bandeja enorme y cubiertos. Se te van los ojos con el festín que tienes delante. Recomiendo preguntar antes cómo comerlo y en qué orden para disfrutar el máximo de la experiencia goxista.

Del perrito japonés a los gazpachos caseros
Empezamos por el perrito japocoreano, uno de los iconos del local. Se trata de un original frankfurt ahumado con kimchi, yuzu y trufas negras, envuelto en un delicioso brioche de mantequilla. Sublime desde el primer mordisco.
Al perrito le sigue un contundente bol de fideos Udon a la carbonara con chili crap de carabineros, gambones, un huevo de corral a baja temperatura y chipotles. Viene acompañado de pan de gambas. Nos recomiendan verter primero la salsa de carabineros, romper el huevo a baja temperatura e integrarlo con el resto de ingredientes, de abajo hacia arriba, para que no se rompan los fideos. Nos invade una sensación desconocida y atrapante la vez, por el contraste de sabores y el toque exótico y crujiente de este plato.

Seguimos con el sándwich de chicken teriyaki, que viene en una cajita roja para mantener la temperatura. Un generoso bocadillo de pollo braseado, mayonesa trufada y teriyaki casero, en pan brioche. Hacemos un parón e intentamos reposar dando un sorbo a cada uno de los dos gazpachos que tienen. El rosa, más suave, lleva fresones, tomates maduros y chipotle ahumado, mientras que el verde, algo más picante, está hecho a base de tomatillos verdes mexicanos y jalapeños con lima.
Recuperamos fuerzas, dejamos pasar unos minutos, y nos atrevemos a probar la doble cheeseburger de carne madurada de buey y queso cheddar, con arroz, mayonesa de chipotles y una salsa chino-peruana. Dos bocados grandes son suficientes para apreciar la magnitud de esta hamburguesa, otro de los buques insignia de GoXO.
Volvemos a necesitar un respiro y algo ligero si queremos llegar a los postres. Por suerte, preparan varios cócteles. Damos un sorbo a uno con ginebra, jazmín, vinagre de coco, lima, jengibre y néctar de caramelo de violetas. Genuino y ligero.

Postres explosivos y contundentes
Para rematar, probamos dos postres. Un bizcocho fluido de chocolate negro con relleno de crema de galletas mojadas en leche y un toque de caramelo. Lo partimos y le añadimos salsa chantillí de vainilla y yuzu. La primera sensación es explosiva. Acabamos saboreando unas donas rellenas de crema de chocolate con avellanas, que mojamos en sopa de leche de coco. El broche de oro a una experiencia gastronómica de alto impacto, con platos generosos y una fusión genuina de sabores.
Como novedades, GoXO ha incorporado a su carta un burrito de arroz a la cubana con chorizo de León ahumado, acompañado por una salsa mexicana. También han sacado un postre nuevo: una panna cotta al estilo japonés, más melosa que la tradicional. Sin duda, uno de los planes alternativos para disfrutar de la Semana Santa con amigos. ¡Para chuparse los dedos!
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