La industria del entretenimiento ha visto en las últimas décadas un gran desarrollo gracias a los videojuegos. Desde las primeras consolas más básicas hasta las más actuales con inteligencia artificial, estos dispositivos nos transportan a nuevos mundos.
Tal ha sido el impacto de los videojuegos que el 29 de agosto se celebra el Día Mundial del Videojuego o Día del Gamer, como se conoce a las personas que pasan horas jugando. Y, aunque estos pasatiempos pueden ser una fuente de diversión, no están exentos de polémica.
La eterna polémica de los videojuegos
Durante años se ha acusado a los videojuegos de generar conductas violentas y poco adecuadas en niños y adolescentes, especialmente aquellos en los que se muestran asesinatos, peleas y delitos. Además, los videojuegos a los que se juega en comunidad virtual pueden ser una fuente de toxicidad en la que se fomentan valores muy dañinos, como la competitividad desmedida, los insultos y el bullying.
Eso sí, como todo, depende de las horas y las condiciones en las que dejemos jugar a un niño o adolescente. Si dejamos a un niño desde pequeño pasar horas y horas sin control jugando a los videojuegos que quiera, aunque estén indicados para edades más avanzadas, posiblemente se relacione con personas más mayores y acabe adquiriendo su mismas expresiones inadecuadas. Sin embargo, si le marcamos unas horas de juego y le damos videojuegos adecuados a su edad, éstos pueden incluso ser positivos para su desarrollo físico y mental.