Desde el principio de los tiempos el ser humano ha utilizado materiales naturales para vestirse y resguardarse del frío. De hecho, no fue hasta la década de los 30 cuando empezaron a fabricarse los primeros tejidos sintéticos y por su durabilidad y bajo coste empezaron a eclipsar a los tejidos naturales. Por suerte, en estos últimos años el gusto por lo natural ha vuelto y se ha descubierto que las fibras de origen animal no sólo son más duraderas sino que contaminan menos y son biodegradables.
Los tejidos naturales pueden dividirse en los de origen vegetal (algodón, lino, bambú o papel entre otros), de origen animal (como la seda, la lana merina, la angora o la lana de alpaca) o incluso de origen mineral, que son las menos usadas por su elevado precio (por ejemplo, telas con hilos de oro o plata). Al ser tejidos hipoalergénicos y no cargarse de electricidad, a diferencia de los sintéticos, pueden ser utilizados para un sinfín de objetivos: tapizar muebles, entelar paredes y confeccionar cortinas o mantas, entre otros.
Utilizar tejidos provenientes de la naturaleza nos conecta con nuestro origen como seres humanos y ayuda a aumentar nuestra conciencia ambiental. Su tacto suave y cálido y su aspecto elegante convierte cualquier estancia en un lugar tranquilo donde relajarse. En general, el gusto por lo natural aumenta nuestras condiciones de bienestar.
Viste tu hogar con tejidos naturales
Lana, algodón, seda o bambú son algunos de los tejidos obtenidos de la naturaleza que no sólo decoran nuestra casa, sino que aumentan nuestra conciencia ecológica.

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