Si en alguna cosa están de acuerdo médicos y fisioterapeutas, osteópatas y quiroprácticos es en que, en términos generales, estirar cada día tus músculos y articulaciones mejora tu salud tanto física como emocionalmente.
Cuando sufrimos una lesión estirar forma parte del programa de rehabilitación e incluso es posible que acudamos a un centro de fisioterapia en el que nuestro fisioterapeuta nos enseñe algunos ejercicios para recuperar la zona afectada.
Sin embargo, estudios recientes han demostrado que estirar no siempre es la práctica más recomendada, ni cuando se asocia a la práctica deportiva, ni cuando se trata de recuperar un tejido o articulación de una lesión.
Estirar no siempre está recomendado
Existen ocasiones en las que estirar los músculos antes de hacer un ejercicio más intenso podría ser contraproducente porque podrían quedar debilitados, según se desprende de algunas investigaciones realizadas en los últimos años.
En un estudio publicado en 2011 por el Journal of Applied Physiology “estirar puede afectar a la resistencia muscular y no disminuir el riesgo de lesión”, según las declaraciones del entrenador José Antonio Fernández Pérez, que recogió El País hace unos años.
Es más, otro estudio, recogido también en el mismo artículo, demuestra que si se salta después de un estiramiento estático no se es capaz de hacerlo tan alto como si se hiciera sin estirar primero.
Existen ocasiones en las que estirar no está recomendado si tienes, por ejemplo, otras lesiones o contracturas localizadas en otras partes del cuerpo. ¡No sea que por querer recuperarte de una lesión acabes agravando otra previa!
A continuación, te presentamos 5 estiramientos que, tanto si tienes una lesión previa como si no, se desaconsejan porque tensan otras partes del cuerpo y aumentan el riesgo de lesionarlas.