En 2030, un total de 27 millones de adultos españoles, el 80% de los hombres y el 55% de las mujeres presentará obesidad o sobrepeso, según un estudio liderado por investigadores del Institut Hospital del Mar d'Investigacions Mèdiques (IMIM) y médicos del Hospital del Mar. Como es sabido, los excesos alimenticios derivan de factores tan numerosos como dispares. La falta de tiempo, la carestía de ciertos alimentos especialmente saludables, el desconocimiento e incluso la pereza pueden hacer que adquiramos hábitos alimenticios poco recomendables. Pero, ¿en qué medida nos afectan estos malos hábitos? Y, sobre todo, ¿cuál es el mejor modo de combatirlos? Y, sobre todo, si queremos perder peso: ¿de qué manera empezamos a adelgazar? ¿Qué debemos saber? ¿Cómo lo hacemos?
El planteamiento puede parecer obvio y la solución fácil: cuidar la alimentación e incorporar a nuestra rutina diaria actividades que combatan el sedentarismo. Sin embargo, entre otros muchos factores psicológicos, es importante la elección de la actividad física que elijamos lo que constituye un elemento determinante para afrontar con éxito el propósito de mejorar, no solo la figura sino, sobre todo, la salud. Porque, más allá de la estética, aumentar apenas un par de kilos puede acarrear, en ocasiones, consecuencias negativas para la salud.
Sin ir más lejos, la revista JAMA Internal Medicine ha realizado en Francia una investigación con el fin de determinar la relación entre la comida procesada y el riesgo de mortalidad. Y las conclusiones no pueden ser más rotundas. Tras realizar durante ocho años un seguimiento a 45.000 hombres y mujeres, el estudio revela que un aumento en la ingesta de alimentos procesados acorta la vida, concretamente, en un 1% por cada incremento del 10% en el consumo de este tipo de alimentos.
Ingesta calórica vs calorías quemadas
La dieta y el ejercicio van de la mano, pero su relación es mucho más compleja que la ecuación “ingesta de calorías versus calorías quemadas”. Este principio se basa en gastar más energía de la que se consume, lo que resulta en una pérdida de exceso de peso. Comprender cómo nuestro cuerpo procesa y utiliza la energía es clave a la hora de planificar una dieta con resultados favorables y, especialmente, para llevar a cabo una rutina de ejercicios que se adapte a nuestras circunstancias vitales y a nuestras necesidades específicas.
El hecho es que hacer ejercicio no siempre implica la quema de calorías. Para comprenderlo, es imprescindible diferenciar entre estar en forma - disponer de la capacidad física de trabajar con el propio peso corporal- y verse en forma.
Quemar grasa no es fácil, lo sabemos. De hecho, resulta mucho más sencillo evitar que el cuerpo almacene grasa extra que quemar la grasa ya almacenada. En otras palabras: mejor prevenir que curar… ya que tan solo con programar las comidas de acuerdo con las actividades diarias, o comer alternativas saludables, conseguimos un mayor control de las calorías que ingerimos.
Entonces…, ¿cómo combatimos la grasa ya acumulada?
No todo van a ser malas noticias: aunque con mayor esfuerzo, la grasa ya acumulada también puede controlarse y reducirse. Y aquí van algunos consejos para aquellos que quieran focalizar su atención en la grasa ya acumulada:
En primer lugar, es preciso evitar la ingesta de carbohidratos antes de los entrenamientos. Si comemos carbohidratos, hasta dos horas antes del entrenamiento, su cuerpo elegirá usar los carbohidratos disponibles en lugar de usar sus reservas de grasa.
Asimismo, se recomienda realizar ejercicios de intensidad baja a media durante al menos más de 20 minutos. Los ejercicios de resistencia como correr, andar en bicicleta, nadar e incluso caminar pueden convertirse en su mejor aliado a la hora de quemar grasa acumulada.
Para eliminar toxinas y quemar grasa es bueno realizar combinaciones de ejercicios cardiovascular y ejercicios de tonificación de musculatura interna. Gloria Morales, la impulsora de Ballet Fit en España nos explica una serie de ejercicios dedicados a la quema de calorías:
Ejercicio 1:
Empezamos en lo que se entiende por segunda posición en el ballet. Controlando la postura hacemos dos grand plié profundos y a continuación dos saltos leves. Hacemos dos series de 15 repeticiones.
Ejercicio 2:
Levantamos un brazo y llevamos la pierna de ese mismo lado atrás. El brazo estirado empuja hacia atrás mientras la rodilla sube hacia arriba. Hacemos dos series de 8 repeticiones por cada pierna.
Ejercicio 3:
Estamos de pie y nos tumbamos en plancha en cuatro movimientos (como si estuviéramos escalando el suelo). En la posición plancha, acercamos la rodilla derecha hacia el lado izquierdo del pecho y la rodilla izquierda, al contrario. Volvemos a la posición inicial deshaciendo la plancha en cuatro movimientos. Hacemos dos series de ocho repeticiones.
Ballet Fit, es una innovadora disciplina de éxito en países como Estados Unidos y traída a España por la bailarina profesional Gloria Morales, que se basa en ejercicios propios del ballet llevados al lado más fitness. Se trata de una actividad coreográfica dirigida, que intercala, de manera continua o por intervalos: trabajo cardiovascular, tonificación y movilidad articular.