Con o sin aro, con o sin relleno, de encaje o liso, que minimice o potencie y un sinfín de colores y formas. Hay tantas opciones de sujetador que muchas mujeres se pierden por el camino. Sobre todo porque en este caso, la etiqueta, lejos de esclarecer, lo enmaraña todo aún más. El cóctel de números y cifras es letal.
La función del sujetador, como su propio nombre indica, es sujetar el pecho. Las cuestiones estéticas, aunque importantes son secundaria. Una mala elección puede desembocar, con el tiempo, en problemas de espalda, deformaciones posturales e incluso problemas mamarios.
Si aún no tienes claro qué talla de sujetador usas, coge una cinta métrica, papel y bolígrafo y toma la medida del contorno de tu espalda. Justo allí donde acaba el sujetador y anótala. Ésa es la talla del sujetador (80, 85, 90, 95, etc. ). A continuación, haz lo mismo con el contorno de tu pecho para saber qué copa llevas. La copa se identifica con letras que van de la A a la E. Si restas ambas medidas obtendrás un número. Orientativamente, se dice:
- A. Cuando la diferencia es inferior a 10 cms.
- B. Cuando la diferencia es hasta 15 cms.
- C. Cuando la diferencia es hasta a 17cms
- D. Cuando la diferencia es hasta 20cms
- E. Cuando la diferencia es de 22cms o superior
Otras cuestiones a tener en cuenta son los tirantes - no deben ser muy finos para evitar que se claven en el hombro- y los aros. Jamás deben presionar la zona mamaria. ¡Ah! Y para practicar deporte, siempre es mejor emplear un sujetador especial, que no nos provoque rozaduras con el sudor, pero que sujete bien el pecho.
Aprende a elegir el sujetador más adecuado
Son más las mujeres que desconocen qué sujetador se adapta más a su pecho que las que sí. Aprende qué debes tener en cuenta antes de enfundarte uno.
