Estamos constantemente actualizados sobre las últimas vitaminas, minerales, extractos de plantas extrañas y prácticas inusuales que se cree que estimulan nuestro sistema inmunológico. Sin embargo, cuando se trata de comprender el ejercicio físico y su papel en la inmunidad, son pocas las personas que saben que es precisamente el entrenamiento lo que puede desempeñar un papel en el debilitamiento del sistema de defensa natural del cuerpo.
Tanto el cuerpo como el sistema inmunológico necesitan tiempo para descansar y repararse para desarrollar fuerza. Si esto no se realiza correctamente, se puede alterar el equilibrio hormonal del cuerpo al producir niveles insuficientes de testosterona y cortisol, la hormona del estrés, que puede conducir al debilitamiento del sistema inmunológico.
Durante y después de un entrenamiento intenso, el cuerpo y el sistema inmunológico se ponen a prueba, y es preciso asegurarse de que se producen los suficientes anticuerpos para la correcta recuperación tras un duro entrenamiento y para reducir el riesgo de debilitación del sistema inmune. Una de las formas de hacerlo es cerciorarnos de que tenemos unos buenos niveles de L-glutamina.
¿Qué es la L-glutamina?
También conocida simplemente como glutamina, se trata de un aminoácido que desempeña un papel clave para permitir que el sistema inmunológico produzca anticuerpos que nos protejan contra las enfermedades y nos ayuden a la recuperación muscular.
Aunque solemos obtenerlamediante la ingesta de alimentos como carne, frutos secos, espinaca y lácteos, existen suplementos alimenticios ideados para reforzar su ingesta, como esta de Foodspring apta para veganos.

Días de descanso
Además, después de un entrenamiento de alta intensidad también conviene darse algún día de descanso para no forzar demasiado la máquina, especialmente si no estás acostumbrado a hacer deporte. Si no te das tiempo para recuperarte, sufres el riesgo de sentir dolor muscular, lesiones y fatiga. Y en caso de que no quisieras descansar ningún día de la semana, deberías moderar la intensidad del entrenamiento.
Si además de cuidar tu sistema inmunológico tras un entreno duro quieres evitar sufrir agujetas y arrastrarlas durante toda la semana, también puedes hacer que desaparezcan e incluso evitarlas. Con un poco de planificación, tus entrenamientos pueden ser tu mejor aliado.