Más clases virtuales, más entrenamientos antiestrés, más deporte al aire libre, más HIIT y más entrenamientos personalizados. Estas son las grandes tendencias fitness que os contábamos hace poco y con las que hemos empezado un año marcado por la nueva normalidad y todos los cambios sociales que llegaron con la pandemia. Pero, tal vez, nos olvidamos de una más: la de compartir la sesión de entreno y/o de mindfulness con tu pareja, con tus hijos, con tus amigos o con cualquier otra persona, una práctica que, según todos los especialistas, nos aporta muchísimos beneficios.
Ya sea en casa delante de la televisión, la tableta o el ordenador, en la calle corriendo juntos o en los centros deportivos, entrenar junto a una persona querida representa “una práctica que une, que estimula y que te reconecta con la otra persona”, nos explica Cristina Pacheco, yoga Coach &Cofundadora de WerGym. Para la especialista, “esta pausa consciente en la que ambos se unen para compartir nuevas formas de estar es muy beneficiosa y recomendable, puesto que estás compartiendo una práctica que ya de antemano se sabe que guía hacia el bienestar”.
Algo con lo que coinciden otros especialistas del deporte, como el entrenador personal y técnico en actividades físicas y deportivas Eduard Larrosa, que considera que “la práctica deportiva en pareja permite compartir a dos personas un espacio temporal dónde trabajaran para lograr un mismo objetivo en común y, a su vez, posibilita romper su rutina diaria y zona de confort”.
Es decir, a los obvios beneficios físicos que siguen a la práctica deportiva, se suman también los beneficios emocionales y afectivos respecto a la otra persona con la que compartimos la práctica, llegando a representar una buena forma fortalecer la relación, limar asperezas, reconstruirla si está dañada o aburrida o bien superar determinados obstáculos.