Es uno de los ejercicios recomendados en la fisioterapia indicada antes y después del parto, pero la gimnasia hipopresiva debería estar aconsejada para mantener la salud del suelo pélvico a cualquier edad. Además, esta práctica, cuya ejecución es muy distinta a la de los abdominales corrientes, trabaja la zona llamada core o faja abdominal, es decir, tanto la parte del abdomen en profundidad como la parte baja de la espalda.
Aparte de prevenir y mejorar problemas como la incontinencia urinaria de esfuerzo y posibles complicaciones antes y después del embarazo, los ejercicios hipopresivos contribuyen a corregir malas posturas y dolores de espalda, controlar la respiración –y, por ende, rebajar los niveles de estrés–, desarrollar el equilibrio y la coordinación y conseguir un vientre tonificado.
Cómo iniciarse en la gimnasia abdominal hipopresiva
Son típicos del yoga y del pilates, así que podrás iniciarte en estos ejercicios si acudes a sesiones de alguna de las dos disciplinas.
La Gimnasia Abdominal Hipopresiva (GAH) consiste en activar el músculo transverso del abdomen, realizando presión en la zona, e implica control de la respiración y la postura: debes mantenerte erguida, como si quisieras crecer hacia el techo.
Lo ideal es que si nunca la has practicado, empieces con un profesional que te asista. Por ello hemos recurrido al entrenador personal Néstor Serra que nos enseña, paso a paso, a realizar dos ejercicios de abdominales hipopresivos con los que lograremos rebajar la presión en las cavidades torácica, abdominal y pélvica.
1. El ejercicio perfecto para la columna.
Siéntate con las rodillas semiflexionadas y los pies en máxima flexión. Con la espalda lo más recta posible, empujamos con las manos como si tratáramos de presionar una pared. En este momento cogemos aire y lo expulsamos hasta vaciar los pulmones, aguantamos de 6 a 8 segundos a la vez que abrimos las costillas como si quisiéramos coger aire pero sin hacerlo.
2. 'Posición "Aurora"
Este ejercicio es ideal para mejorar la postura. Con los pies separados y la espalda estirada al máximo, avanzamos el eje de gravedad hasta que notamos todo nuestro peso en la punta de los pies. Una vez aquí, colocamos las manos como si nos apoyásemos en una mesa, cogemos aire y lo expulsamos y nos quedamos 6 segundos en apnea, abrimos las costillas como si quisiéramos coger aire pero sin hacerlo.