Los montes chinos de Wudang, situados a unos 500 kilómetros tierra adentro desde Shanghai, han acogido desde hace dos mil años la reflexión y la formación taoísta. Estas impresionantes y hermosas montañas, que ganaron mucha popularidad gracias a la oscarizada película Tigre y Dragón (2000), son perfectas para la meditación y se asegura que están llenas poder espiritual y curativo.
Una de las técnicas más practicadas bajo la envoltura de tranquilidad de estas montañas es el Wu Ji, que significa definitivo o infinito y se refiere al estado de la quietud desde la que se deben empezar a practicar las artes marciales internas. En la tradición taoísta, todo proviene del Wu Ji y de la quietud infinita a la que se debe llegar antes de iniciar un arte, sea marcial o de cualquier otra índole.
Como práctica, el Wu Ji es una forma de meditación y concentración que requiere mucha práctica. De inicio hay que sentarse de forma relajada y con la columna recta, con ambas manos en las rodillas y las palmas hacia arriba con los pulgares cruzados y los dedos cerrados a su alrededor. Después hay que tocar con la punta de la lengua el paladar, cerrar la boca y dejar caer los párpados dejando una rendija de luz. A partir de ahí, el subconsciente inicia el proceso del ver y no ver, de mirar sin ver nada y de mirar dentro de uno mismo al no poder ver. Sus practicantes aprenden a separar la emoción y el ego con el fin de unirse con el universo, al tiempo que mejoran el control de sus propias vidas y desarrollan una gran sensación de bienestar mental.
Descubre tu interior gracias al Wu Ji
El Wu Ji es una milenaria forma de meditación y concentración que requiere mucha práctica y mejora el autocontrol desde un estado de quietud.

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