El deporte es absolutamente imprescindible para nuestra salud. Grandes y pequeños, nuestro cuerpo está diseñado para moverse y no para pasarnos el día mal sentados en una silla o yendo de la cama al sofá. Lo sabemos y lo tenemos en cuenta como uno de los grandes pilares de nuestra salud y de nuestro bienestar, pero, lo que para muchos es un auténtico placer antiestrés, una práctica clave para oxigenar el cuerpo y la mente y casi un vicio diario, para otros resulta una auténtica tortura… Y lo cierto es que, si lo vives como una obligación impuesta por ti mismo, por el médico o por el dietista, lo más probable es que abandones pronto y lo hagas con una gran frustración y sentimiento de derrota que impedirá que lo retomes a corto plazo.
Una de las grandes lecciones que nos ha dejado el tiempo de confinamiento en casa ha sido, precisamente, la de la cantidad de prácticas deportivas que podemos realizar sin pisar la calle ni ir al gimnasio, y sin apenas material. Y esta es una gran opción que sigue siendo más que factible y, tal vez, más realista para muchos de nosotros. Con pocos minutos al día, entrenamientos de alta intensidad como el HIIT o bien prácticas más suaves de yoga o pilates bastarán para poner en marcha nuestro cuerpo y despertarlo de la letargia en la que vive la mayor parte de las horas del día.
¡Pero que los ánimos no decaigan! De deportes hay muchísimos, y lo que le gusta a tu pareja o a tu amiga puede no gustarte a ti, así que lo más importante, si todavía no has dado con tu favorito, es que sigas probando distintas disciplinas hasta que encuentres la que más encaja contigo y que su práctica se convierta en un hábito que agradecerás mucho más de lo que imaginas.
Para ayudarte a conseguirlo, aquí tienes nuestros cuatro consejos para principiantes que tal vez te den el impulso que necesitas para consolidar tu motivación y tu rutina deportiva.