De origen esquimal y con más de 4000 años de antigüedad, el kayak es una embarcación alargada en la que el tripulante va sentado de cara a la dirección de la marcha y la hace avanzar gracias a un remo de doble pala. Aunque tradicionalmente eran embarcaciones de madera, hoy pueden estar hechas de todo tipo de materiales, desde fibra de vidrio a carbono o materiales plásticos. La forma de la canoa también varía según cual sea su utilización, así los kayaks utilizados para el descenso de ríos son más anchos y redondeados para ganar en estabilidad y ser más fáciles de controlar en condiciones extremas.
Aunque el kayak es especialmente popular en el descenso de ríos de aguas bravas, lo cual implica un importante grado de dificultad, cada vez se extiende más su uso en modalidades de menor riesgo que no requieren tanta preparación. Así, el kayak de mar o de travesía no precisa una forma física excepcional lo que lo hace más sencillo. Eso sí, es imprescindible informarse bien del estado de la mar y de las previsiones meteorológicas de la jornada, no alejarse demasiado de la línea de costa y calcular las distancias teniendo en cuenta el regreso y nuestra forma física.
El kayak es además una excelente forma de hacer ejercicio. Al remar no sólo hacemos fuerza con los brazos sino que utilizamos también la fuerza abdominal, los músculos de la espalda y acompañamos el movimiento estirando y flexionando las piernas por lo que se trata de un movimiento muy completo. Además, nos permite disfrutar de parajes naturales de gran belleza. Eso sí, por su grado de complejidad, es necesario hacer un curso para aprender a manejarlo, ir con un especialista en caso del descenso de ríos e iniciarse con recorridos y entornos que se adapten a nuestras capacidades.
Kayak para combinar ejercicio y naturaleza
Respetuoso con el medio y muy divertido, el kayak es un deporte muy completo cuyo grado de dificultad varía según la modalidad.

Kayak para combinar ejercicio y naturaleza