Es cierto que la esterilla no hace al yogui, pero nos puede ayudar (y mucho) a mejorar nuestro rendimiento. Por esta razón, a medida que esta práctica milenaria ha ido ganando adeptos, las marcas dedicadas a diseñar esterillas de yoga también se han ido perfeccionando para dar respuesta a las diversas necesidades de los y las yoguis de todo el mundo. Esto ha ocasionado inevitablemente cierta confusión a la hora de escoger la esterilla ideal, tanto para aquellos que acaban de iniciarse en la práctica, como para los que desean profundizar más en algún estilo en concreto.
Y es que la esterilla de yoga no de definir nuestro espacio privado durante la práctica, el lugar donde nos encontramos con nuestro lado más zen, con nuestra fuerza y nuestra calma interior. Por ello, si nuestra esterilla no es apta para nosotros, nos será más difícil reconectar con esa energía interior… Sobre todo, si no paras de resbalarte o si no haces más que pensar en lo que te duelen las rodillas al apoyarlas sobre una superficie que es demasiado fina para ti. ¡Ni hablar! Si tienes pensado practicar yoga con regularidad, es necesario que inviertas en una buena esterilla.
¿Cuál es la esterilla ideal para ti?
Es posible que, a primera vista, la mayoría de yoga mats te parezcan iguales, pero lo cierto es que existen muchas diferencias en lo que respecta al material con el que están fabricadas, el grosor, la textura o la adherencia que pueden afectar a tus movimientos. De hecho, este último factor, la adherencia, es uno de los elementos más importantes para cualquier yogui, pues si ésta no es lo suficientemente buena y no te sientes estable, nunca podrás concentrarte bien en tu práctica y centrar tu atención plena en el momento presente (¡que no deja de ser el objetivo fundamental del yoga!). Por ello, puede que de entrada se te antoje como un gasto innecesario, pero a la larga, vale la pena que inviertas en una buena esterilla, ya que no sólo te aportará la comodidad que necesitas, sino que también suelen durar mucho tiempo (calcula unos 5 años de media).
El otro aspecto importante a la hora de escoger una esterilla es el nivel de confort que nos proporcione, y que viene determinado por su grosor. Mientras que una esterilla de viaje puede tener un grosor de entre 1 y 3 mm, la que utilices en casa podrá alcanzar los 6 mm, o incluso puede ser más gruesa dependiendo de tus preferencias. Además de estos atributos, ten en cuenta también los factores siguientes:
- Que sea antideslizante: en la práctica del yoga se realizan muchas posiciones de equilibrio, por lo que un aspecto fundamental es que la superficie sobre la que practiquemos no resbale y nos asegure la máxima tracción y que cuente con un buen sistema antideslizante.
- Que incorpore prestaciones antibacterianas: las esterillas que incorporan prestaciones antibacterianas y antifúngicas suelen ser algo más caras, pero son ideales para las personas con alergias o que deseen evitar posibles contactos con hongos.
- Que el precio se corresponda a su calidad: al igual que existen esterillas de muy alta calidad a precios muy asequibles, también hay otras cuyo precio está excesivamente abultado. Cada yogui debe valorar la inversión que desea realizar en su esterilla, pero siempre informándose previamente de las prestaciones que ésta ofrezca.
- Su tamaño: del mismo modo que existen diferentes grosores, los tamaños de las esterillas también pueden ser diversos, por lo que nos conviene elegir la más idónea a nuestras medidas corporales.
- Los materiales que la componen: los materiales que componen las esterillas determinarán su viscosidad y su agarre. En los últimos años, los materiales ecológicos y libres de ingredientes tóxicos se están imponiendo poco a poco en el mercado.
- Su peso: dependiendo de los materiales, grosor y tamaño, la esterilla pesará más o menos. Eso es algo que también hemos de valorar según nuestras prioridades: si tenemos previsto llevarla arriba y abajo, conviene optar por un modelo ligero y fácil de transportar.
Aquí tienes una pequeña selección de esterillas de yoga que podrás encontrar en el mercado y adecuadas a diferentes tipos de práctica, el uso que les vayas a dar y otras facilidades que busques en ellas. Así que… ¡elige la tuya y piérdele el miedo a ese perro boca abajo!
