Una de las frutas tropicales y exóticas más conocidas en nuestro país es el maracuyá, un alimento originario de América del Sur y Centroamérica que se produce principalmente en Brasil, Venezuela y Colombia, así como en países de otras partes del mundo como Kenia o Australia. Aunque existen diferentes variedades, el maracuyá tiene forma de baya y su pulpa es gelatinosa, jugosa, muy aromática y con un sabor entre la piña y la guayaba.
El mejor momento para consumir esta fruta es en invierno y, además, tiene un montón de usos: puede ser utilizado para preparar postres, mousses, pasteles, helados, mermeladas, zumos y sorbetes. Su dulce y refrescante sabor lo convierte en un alimento muy apreciado entre los niños. También es muy común en dietas para bajar de peso y además posee un suave efecto laxante.
La fruta de la pasión tiene un valor energético elevado y destaca por su contenido en azúcares, fibra, minerales (como el hierro, el potasio, el fósforo y el calcio) y vitaminas A y C. Su consumo nos ayudará a tener un pelo sano, huesos y dientes fuertes, una piel perfecta y a mejorar nuestra visión y sistema inmunológico. Asimismo, se ha demostrado que posee propiedades que ayudan a reducir los niveles de colesterol alto y alivia los síntomas del asma.
Maracuyá, mucho más que pasión
La fruta de la pasión (o maracuyá) es una fruta exótica con un sabor muy refrescante y dulce repleta de propiedades beneficiosas para la salud.

Maracuyá