Un poco de estrés no es malo. Nos permite sentirnos vivos y, algunas veces, incluso nos puede estimular.
El problema es el estrés crónico, ese que sufrimos sin apenas ser conscientes de ello. Un estado de alerta que puede afectar a nuestra salud, porque crea desequilibrios internos, tanto al nivel de la salud física como de la psíquica.
No estamos diseñados para vivir en un entorno de constantes estímulos y nervios. «El estrés nos hace engordar, dormir peor, despertarnos de madrugada como un reloj siempre a la misma hora. El sistema nervioso forma una unidad junto con el sistema endocrino y el sistema inmune», explica la Dra. Lourdes Tomás, autora de Tu salud, tu mejor talento (Plataforma). El objetivo del yoga no es curar la ansiedad y el estrés, sin embargo sus técnicas se practican por millones de personas como terapia alternativa y natural al mal del siglo XXI.