El propósito de ir al gimnasio y ponernos en forma que nos marcamos en fin de año –y que casi siempre abandonamos durante el primer tramo del año– vuelve cuando quedan unos meses o semanas para la llegada del verano. Con el inicio de las altas temperaturas y las ganas de pasar los días en la playa y piscina reaparecen las ganas de lucir tipazo, especialmente un abdomen plano con los músculos bien marcados. Debemos tener claro que eso nunca debe convertirse en una obsesión, y que dejar de comer, probar las “dietas milagro” o hacer horas y horas de ejercicio diario con el único fin de adelgazar no es sano ni nos facilitará los objetivos deseados.
Lo cierto es que el abdomen es una de las zonas del cuerpo donde más grasa se acumula, por lo que eliminarla puede convertirse en una tarea algo difícil, tanto en hombres como en mujeres. Influye, además, la producción y regulación hormonal, que dificulta todavía más el proceso.
Es importante tener en cuenta que para trabajar la zona del abdomen no basta con repetir cientos de abdominales día sí y día también. Existen otros conceptos importantes, así como técnicas que podemos implementar para lograr los objetivos de la forma más saludable posible y evitando un “efecto rebote” que sí pueden generar otras prácticas que, aunque parezca que funcionan en un primer momento, acaban siendo perjudiciales para nuestra salud.
Estos son algunos de ellos y cómo puedes empezar a aplicarlos para conseguir un abdomen tonificado y plano: