Ser lo más respetuosos posibles con nuestro cuerpo. Aprender a conocerlo y a saber lo que necesita. Esos son algunos de los principios del yoga y se reflejan directamente en la forma en la que debemos alimentarnos si queremos vivir el yoga de forma completa.
Tradicionalmente, la dieta yogui es una dieta vegetariana. Basándose en los principios de no violencia y en la idea de que comer la carne de un animal es también asimilar el miedo, el sufrimiento o el nerviosismo que haya podido sentir el animal en el momento de perecer, los maestros del yoga aconsejan seguir una dieta vegetariana, sin carnes ni pescado, aunque sí con lácteos.
Pero si no nos sentimos preparados para hacer un cambio tan drástico en nuestra forma de alimentarnos, podemos empezar por reducir la ingesta de carne y aumentar la de frutas y verduras frescas así como la de legumbres, semillas, germinados, cereales completos y frutos secos. Alimentos que son la base de la alimentación yogui ya que son fáciles de digerir y aportan los nutrientes que nuestro cuerpo necesita.
Otra de las bases de la dieta recomendada para la práctica del yoga es comer sobre todo alimentos que provengan directamente de la tierra, es decir evitar en la medida de los posible los alimentos y las bebidas procesados artificialmente. También se recomienda optar por frutas y legumbres de agricultura ecológica, que hayan sufrido el mínimo de tratamientos posibles y que conserven así todas sus vitaminas y minerales.
Si practico yoga, ¿qué dieta debo seguir?
El yoga no sólo es una práctica basada en el equilibrio cuerpo y mente, es también una forma de vida que incide en diferentes aspectos de nuestra vida, como la forma en la que nos alimentamos.
