Sobre dos ruedas

Si quieres empezar a patinar tienes que saber dos cosas. La primera es que, al principio, hasta que te habitúes y encuentres el equilibrio, te vas a caer. La segunda, que una vez hayas aprendido lo básico ?cómo pasar más tiempo de pie que en el suelo? vas a progresar muy deprisa y, probablemente, pronto patinar se convierta en una de tus actividades deportivas preferidas.

Una vez te hayas decidido a aprender, tendrás que elegir qué patines prefieres, en línea o los quads, que son los patines tradicionales, con las ruedas en paralelo. Si aún hoy los primeros ganan por goleada en número de aficionados, lo cierto es que cada vez son más los que optan por el modelo tradicional, y no sólo por su estética vintage. Unos y otros, aunque requieren una técnica muy similar, ofrecen posibilidades distintas: los primeros son rápidos y ligeros mientras que los segundos son menos ágiles pero mucho más estables.

Existen diversas modalidades de patinaje: saltos, slalom (circuitos marcados por conos que permiten hacer diferentes figuras) y pruebas de velocidad o de resistencia, entre otras. Quedar con amigos para ir a patinar o hacer itinerarios en grupo es una divertida forma de realizar ejercicio y, además, progresar. Pero, por supuesto, el patinaje también se puede practicar en solitario y ser una actividad muy relajante, especialmente si lo haces de forma suave.

Si el patinaje es un deporte que se puede practicar casi a cualquier edad y cuenta con muchos adeptos, no hay que olvidar que, como la bicicleta o el monopatín, puede ser, además, una atractiva forma de moverse por la ciudad. Sea cual sea el uso que demos a los patines, lo que no varía nunca son los requisitos de seguridad: coderas, muñequeras, rodilleras, prendas reflectantes, en caso de que vayamos a patinar de noche, y casco. También es recomendable el uso de guantes para evitar quemaduras en las manos si nos caemos en el asfalto.