Una de las primeras cosas que hay que tener presente para poder hablar de yoga durante la menstruación son los cambios físicos, energéticos y emocionales que las mujeres experimentamos a lo largo de nuestro ciclo menstrual. Tomar consciencia de estos cambios y vivir en armonía con las diferentes fases de tu ciclo es una de las mejores herramientas para ganar en salud y bienestar.
Por ello sería interesante hacer un trabajo de autoestudio, anotar cómo te sientes día a día y reconocer los cambios que experimentas, ya que esto te permitirá conocerte mejor y aportar a tu cuerpo lo que necesita en cada momento. Al mismo tiempo, ser consciente de tu naturaleza cíclica te facilitará vivir la vida con más aceptación y abrazar la fase menstrual con más respeto, comprensión y dulzura.
De forma general, durante la menstruación nuestra energía decae, nos falta vitalidad y no tenemos tantas ganas de salir, ya que nuestro cuerpo está dirigiendo mucha energía al proceso de limpieza. En el momento de practicar yoga con la menstruación es importante tener presente lo que está pasando en nuestro cuerpo a nivel energético ya que, como dice uno de los principales maestros del yoga moderno, BKS Iyengar, es el cuerpo energético y no el cuerpo físico el que mantiene las posturas.
Acorde a la filosofía yóguica y el ayurveda, nuestro cuerpo se compone de prana, energía vital. Según el movimiento y función que esta energía desarrolla en nuestro cuerpo podemos diferenciar: prana, apana, samana, udana y vyana. Al hablar de la menstruación, nos interesa concretamente apana, que es la energía que gobierna el abdomen y se encarga de los procesos de eliminación en el cuerpo.
La energía de apana
Esta energía circula hacia abajo y hacia fuera del organismo, eliminando residuos, toxinas y desechos, proporciona energía para el intestino grueso, los riñones y los genitales, y es la fuerza que genera la exhalación. Durante la menstruación, apana está trabajando con mayor intensidad, y por ello algunos estilos de yoga te recomiendan no practicar durante estos días y otros, evitar ciertas prácticas para no entorpecer este proceso de eliminación.
Desde la vertiente más tradicional del yoga, se sostiene que las posturas invertidas, respiraciones como kapalabhati y los cierres energéticos como mula bandha y uddiyana bandha pueden alterar el flujo natural de apana durante la menstruación, y por ello se recomienda evitarlos. Asimismo, por lo general es preferible evitar prácticas muy intensas, torsiones y extensiones fuertes o cualquier otra postura que pueda generar tensión en el abdomen o en la parte baja de la espalda.
Es preferible evitar prácticas muy intensas, torsiones y extensiones fuertes o cualquier otra postura que pueda generar tensión en el abdomen o en la parte baja de la espalda.
De todos modos, cada mujer es única y su ciclo menstrual también lo es, por eso, durante la menstruación, no hay una regla general que se aplique a todas. Cada una debe observarse y decidir cuánto yoga y qué tipo de yoga practicar, tanto como si no quiere practicar ninguno. Por ello, si decides practicar recuerda ir acorde a cómo te sientas, respetar tu cuerpo y que la práctica te ayude a sentirte mejor, tu misma tienes que ir descubriendo qué es lo que mejor te sienta.
¿Puede el yoga reducir las molestias menstruales?
En general, el periodo no tiene por qué ser un motivo para evitar la actividad física. De hecho, la práctica de ejercicio suave puede ayudarte considerablemente a disminuir los dolores durante la menstruación. Concretamente, el yoga promueve el estado de salud en general y, por lo tanto, tiene un efecto positivo en tu salud hormonal. Así pues, la práctica regular de yoga puede favorecer la normalización de tu ciclo y ayudarte a atravesar los períodos de manera más cómoda.
A continuación detallo un grupo de posturas reconstituyentes que te ayudarán a relajarte y a aliviar los dolores menstruales. Puedes mantener cada una de las posturas entre 4 y 5 minutos, incluso más si te apetece. Esta pequeña secuencia abrirá tu cuerpo suavemente, ofrecerá un descanso a tu sistema nervioso y te ayudará a crear reservas energéticas.
Además pueden servirte en cualquier otro momento para combatir la fatiga mental y física, aliviar el estrés o simplemente para cuando te apetezca una práctica suave y restaurativa. Recuerda que durante tu menstruación puedes combinar estas posturas con otros movimientos más dinámicos como saludos al sol y movimientos de caderas y de la columna vertebral que te ayuden en la fase de eliminación.
Antes de iniciar tu práctica tómate unos momentos para preparar tu lugar acomodándolo para que sea un espacio relajante. Puedes usar incienso, velas, aceites esenciales, una música relajante o si tienes cualquier otra rutina que te ayude a relajarte incorpórala a tu práctica, Ten a mano el material que vayas a necesitar: blocs, mantas, bolster, almohadas, cinturón y, si no tienes o no quieres usar material, no pasa nada, puedes hacerlo igualmente sin él.
Dedica tu práctica a este maravilloso proceso de renovación que está sucediendo dentro de ti y abraza tu feminidad desde lo más profundo de tu ser.
Regálate un pequeño masaje en el rostro, cuello y hombros, toma unas respiraciones profundas, frota tus manos para enviar calor hacia tu vientre y espalda baja y dedícate unas palabras amorosas. La fase menstrual te invita a la interiorización, a sentirte, a conectar contigo misma y observar aquello que deseas soltar para dar lugar a lo nuevo. Dedica tu práctica a este maravilloso proceso de renovación que está sucediendo dentro de ti y abraza tu feminidad desde lo más profundo de tu ser.