En general, cuando pensamos en yoga o alguien de nuestro entorno nos dice que lo practica, nos imaginamos solo la parte física de la práctica, un ejercicio más como ir a correr o hacer kilómetros en bicicleta. Y sin desmerecer el esfuerzo físico y mental de cualquier otra disciplina, lo que la mayoría de personas desconocen cuando empiezan a practicarlo es que la parte física que se realiza sobre la esterilla es solo una pequeña parte de la misma.
De hecho, el componente físico, llamado Asana, es tan solo una de las ocho partes o ramas que forman el camino del yoga (The Eight-Limbed Path - Patanjali). Las otras ramas incluyen: meditación, concentración, contemplación, trabajo de respiración, e incluso principios éticos y morales que debemos observar y aplicar a nuestro día a día, en la medida de lo posible, como el principio de la no violencia (Ahimsa), el de la verdad (Satya) o el de no robar (Asteya).

El camino del yoga es un camino que recorremos nosotros mismos hacía nuestro yo interior, hacia el autoconocimiento personal, que nos conducirá a la práctica de la liberación: a no identificarnos con nuestros propios pensamientos ni creencias, a no quedarnos con esos pensamientos limitantes que tenemos, que no son nuestros sino que nos han sido impuesto a través de una vida en sociedad, desde que somos pequeños.
Todo ello conectando el cuerpo con la mente, la respiración y el espíritu a través de técnicas de respiración, meditación y movimiento. Y es que los beneficios de la práctica de yoga son muchos y muy amplios, y lo más bonito de todo ello es que no necesitas cambiar nada de ti mismo para empezar a practicar yoga, sino que todo el mundo puede hacerlo sin importar la edad o condición física. Si tienes un cuerpo, puedes practicarlo.
Dicho esto, lo importante, como todo en la vida, es hacer las cosas con moderación y equilibrio y tener presente que la práctica se tiene que adaptar a ti y no al contrario. No es sostenible empezar el camino del yoga y cambiar todo tu estilo de vida de un día para otro, sino que lo mejor y más sostenible a largo plazo es ir incorporando poco a poco tanto la parte práctica del yoga como la parte más espiritual y ética en tu día a día.

El equilibrio es clave para todo lo que hacemos en la vida, así que si la meta es iniciarnos en el caminos del yoga, lo ideal es empezar a practicar siendo quienes somos en este momento, y dejando que poco a poco la practica nos transforme y nos acompañe por el camino que solo nosotros podemos recorrer. Pero recuerda que esto solo es posible si sientes que quieres hacerlo.
La práctica de esta disciplina cambiará tu cuerpo, cambiará tu mente, y lo más importante cambiará tu manera de ver el mundo. El yoga es una preciosa herramienta que te ayudará a conocerte mejor y te ayudará a encontrar todo aquello que necesitas, dentro de ti. Y no hay mejor momento para empezar que ahora, por ejemplo, con alguna de estas posturas para principiantes.