En toda comida navideña no pueden faltar los dulces para tomar de postre o para acompañar las largas sobremesas que vienen después. Es cuando toca disfrutar de los nuestros, con un buen café o té, y alargar esos encuentros que tanto tiempo llevamos esperando.
Siempre triunfan las elaboraciones y sabores de toda la vida, pero en los últimos años, han ido apareciendo propuestas con mezclas de ingredientes y sabores muy curiosas, que poco a poco nos han ido conquistando a todos, ¡y sobretodo a los más pequeños!
Y aunque este no es el mejor momento del año para hacer dietas ni sufrir dejando de comer lo que más nos apetece, sí podemos procurar limitar el consumo de alimentos y dulces muy procesados, que contienen un altísimo contenido en azúcares refinados y grasas poco saludables.
Lo que podemos hacer es preparar en casa nuestros propios dulces, eligiendo ingredientes de calidad y sin refinar, y de esa manera disfrutar, siempre con moderación, de elaboraciones deliciosas, ¡sin tantos remordimientos después!
Yo para estas fiestas he preparado una especie de bombones o chocolates rellenos de crema de cacahuete con dátil, y frambuesas. En su interior también se pueden encontrar cacahuetes tostados enteros, que aportan una textura crujiente al conjunto. Estos dulces se pueden decorar con algún motivo navideño, como he hecho yo añadiendo algunas estrellitas comestibles o simplemente espolvoreando un poco de cacahuete picado por encima.
Éstos no son unos dulces típicos navideños, y es que aunque parezca mentira, no a todo el mundo le gusta el sabor de las almendras, ni los dulces elaborados con éstas, que son los más tradicionales en Navidad. Así que esta es una buena opción para esas personas o para quienes quieran un dulce algo diferente, casero y delicioso.