El calabacín lo podemos encontrar siempre, ya que se cultiva durante todo el año en invernaderos. Pero es en los meses de calor cuando los cultivos convencionales, al aire libre, obtienen su cosecha. Y es por ello, que ahora, lo encontramos en abundancia y a un mejor precio.
El calabacín pertenece a la familia de las cucurbitáceas, una especie de plantas trepadoras o rastreras, de la que forman parte también las calabazas, el pepino, o frutas como el melón o la sandía.
Entre sus nutrientes destaca su contenido en minerales, sobretodo en potasio y también en vitamina C. Y el tener un elevado porcentaje de agua, lo convierte en un alimento muy ligero y con muy pocas calorías, ideal para ser incluido en dietas de adelgazamiento.
El plato que he preparado con este rico vegetal para este mes de calor es un refrescante carpaccio, para el que no necesitaremos emplear ningún tipo de cocción, y que va aderezado con un rico y suave pesto de pistachos. Es un plato ligero y saludable, perfecto para compartir.
El procedimiento para prepararlo es muy sencillo, tan solo hay que laminar bien finos, con una mandolina, el calabacín y los rábanos, cubrir un plato plano con las láminas y decorar con el resto de ingredientes. Al final aderezar con el pesto suave, que podemos hacer en el momento, o tenerlo ya preparado. El resultado es un plato muy simple, sin complicaciones, pero muy sabroso, que podemos incluir en nuestro menú veraniego y disfrutarlo en familia, o servirlo como un plato más especial y festivo, en cualquier comida o cena con amigos.
Sea como sea... ¡triunfarás! Y seguro que lo repetirás por su sencillez, por su sabor, y por el poco trabajo que da prepararlo!