El níspero es una fruta que en España podemos encontrar a finales de primavera y principios de verano. Las tonalidades anaranjadas de su piel ya la hacen muy apetecible, pero es al pelarlo y descubrir su jugosa pulpa cuando ya es imposible resistirse a su encanto. Su sabor nunca llega a ser muy dulce, siendo más bien una fruta con un ligero toque ácido, aunque esta esté muy madura.
Destaca su contenido en betacarotenos o provitamina A, en vitamina C y en potasio. Su consumo ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos. Es un alimento muy depurativo, que además de actuar como diurético, protege el hígado y mejora la función hepática, por lo que es muy indicado en enfermedades relacionadas con este órgano. También es un buen protector del estómago, lo que hace que sea especialmente interesante para personas con problemas de gastritis o acidez de estómago.
Y como he querido que en este plato el níspero sea la estrella para así tener más ideas a la hora de consumirlo, el aliño también lo que querido preparar con él.
Es un aliño delicioso y muy sencillo, que queda bien con muchas otras ensaladas y del que seguro te acordarás cada vez que veas nísperos en tu frutería
Esta ensalada la he preparado solamente con canónigos como hoja verde, ya que su sabor neutro me parece ideal para esta preparación, pero si no te gustan o no los encuentras, puedes hacerla con otros vegetales que te gusten más. El toque intenso del queso de cabra contrasta a la perfección con el resto de sabores más dulzones del plato, y lo convierte en una opción deliciosa, ideal como entrante cualquier día de la semana o en cualquier comida más festiva.
Para una opción vegana o libre de lácteos, se puede sustituir el queso por su versión vegetal. Sea como sea, esta es una ensalada...¡que no puedes dejar de probar!