Estamos en el mes oficial de las vacaciones, y también en uno de los más calurosos del año, por eso ahora más que nunca necesitamos ideas de preparaciones líquidas, sencillas y sin azúcar, que nos hidraten y refresquen ¡y con las que disfrutemos tomándolas!
Y como también es importante volver de las vacaciones con las pilas cargadas y las energías renovadas, es conveniente tener un poco de control estos días con lo que tomamos, para no ganar unos quilos extra. Así la vuelta a nuestra rutina, no será tan traumática y no tendremos que seguir dietas demasiado estrictas, para volver a sentirnos bien con nuestro cuerpo.
Desde hace unos años, preparar nuestros propios helados a base de fruta está muy de moda, porque además de ser más ligeros y muchísimo más saludables que los comerciales, es una buenísima manera de ingerir un extra de vitaminas, minerales y agua.
Los sorbetes de frutas son también helados, pero más líquidos, al tener una textura más parecida a un granizado y no estar elaborados con ingredientes cremosos, ni con ningún tipo de contenido en grasa
Se prepararan con frutas que tienen una gran cantidad de agua, como en este caso es la sandía, y se mezclan con un poco más de hielo. Luego solo hay que triturar ¡y disfrutar de ellos lentamente!
La sandía es una de las frutas con más contenido en agua que existen, por ello es tan hidratante, refrescante y diurética. Es también ideal para personas que sigan dietas de adelgazamiento. Además es muy rica en antioxidantes, que por un lado le aportan las vitaminas A y C, y por el otro el licopeno, un potente carotenoide con efectos antiinflamatorios.
Este sorbete se puede preparar sin ningún tipo de endulzante, ya que podemos hacerlo sin añadir la lima y por lo tanto sin aportar acidez, añadiendo solamente la menta. Pero a mí me gusta darle un poco de sabor y ese toque ácido, y por eso lo equilibro con un poquito de eritritol.
El eritritol, si no lo conoces, es un endulzante de color blanco, que resulta perfecto para sustituir al azúcar refinado en recetas en las que queremos mantener el color de los ingredientes. Endulza algo menos que el azúcar convencional, algo que hay que tener en cuenta en las recetas de repostería, pero tiene la gran ventaja de que no tiene calorías y es apto para personas diabéticas.