1. Todo es fácil con él
Desde el principio todo ha fluido, no ha habido comienzos tortuosos de sí quiero estar contigo pero no. Es verdad que el amor no es el camino de rosas que nos prometen las novelas y el cine, pero tampoco tiene que ser un sufrimiento constante, y menos en los inicios de la relación.
Si, aunque pase el tiempo, te hace ilusión verlo cuando vuelves del trabajo es que lo vuestro va para largo. La pareja debe ser una de las prioridades de nuestra vida. Por supuesto, no la única, pero si no es de las primeras, mejor plantéate si quieres estar con él o ella.
3. Cambia cosas por ti
Y tú estás dispuesta a hacerlo por él o por ella. En el amor no se trata de intentar cambiar al otro, pero la esencia del éxito de una pareja reside en adaptarse un poquito, tiene que ser mutuo. No tiene por qué ser cambiar de país o dejar un trabajo, puede ser simplemente ir al cine contigo a ver una película que no le gusta.
4. Tu alegría es su alegría
¡Y viceversa! El éxito del otro se vive como propio. Compartir la alegría con tu pareja duplica la alegría.
5. No hace falta pedir perdón porque se demuestra
No hace falta plantarse frente a tu pareja y pedirle perdón a la ligera. A veces una caricia después de un desencuentro o un mensaje diciendo te quiero tiene mucha más potencia y es más sincero.
6. Tú eres vulnerable y él o ella también
Mostrarte desarmada ante otra persona es una de las mayores muestras de confianza. No quiere decir que el otro deba hacerlo con la misma intensidad que tú porque cada carácter es diferente.
7. Os hacéis mejores personas mutuamente
Uno de los componentes del amor es la admiración. Seguro que hay rasgos de la personalidad de tu pareja que tú no tienes (y viceversa) y admiras. Es un proceso que ocurre a veces sin darnos cuenta, pero los dos habéis adoptado pequeñas rutinas del otro que han optimizado vuestras vidas.
¡Viva el amor!
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