Roberto se enteró de la infidelidad porque vio un correo electrónico que no tendría que haber visto. Una tarde se sentó frente al ordenador para terminar un trabajo que tenía pendiente y como Lucía había revisado sus e-mails una hora antes, vio el texto en el que otro hombre le decía que lo había pasado muy bien con ella la otra noche. Inmediatamente, encaró a Lucía preguntándole qué significaba eso y ella, después de intentar negarlo como pudo, lo reconoció. Había tenido un encuentro con otro hombre y estaba muy angustiada. Ella no sabía bien qué le había pasado, pero cometió una infidelidad esa noche y estaba arrepentida. A partir de ahí, la pareja con Roberto comenzó a transitar la peor crisis que hayan tenido nunca. Ella parecía muy arrepentida con lo que había sucedido y desde un primer momento dijo que quería remediarlo, pero no sabía cómo.
Cómo remediar una infidelidad
Lo que le pasó a Lucía es una situación muy habitual: querer arreglar una infidelidad y no saber por dónde comenzar. Si lo que le pasó a Lucía te pasa o te pasó, y te suena familiar, lo primero que tenemos que comprender es que una siempre es traumática, siempre produce un impacto muy fuerte y muy profundo en la intimidad de una pareja. Si es la primera, se rompe en mil pedazos la fantasía que quizás alguno todavía tenía de pensar que “nuestra pareja es especial” se rompe la idealización del vínculo. Pero se rompe abruptamente, de repente. Es extremadamente traumático porque quien te tiene que cuidar (se supone que esto tiene que pasar en una pareja y tiene que ser mutuamente) te traiciona. O sea, hace exactamente lo contrario a lo que tiene que hacer.
Una infidelidad siempre produce un impacto muy profundo en la intimidad de la pareja
A partir de esto, tendremos que entender que la persona que sufre la infidelidad está psicológicamente traumatizada y debería pasar a tener prioridad absoluta, durante un tiempo, en la relación. Es como si el o la que cometió la infidelidad pasaría a cuidar a quien la sufrió. O sea, que lo que le suceda a la víctima debería tener prioridad.
Entonces, si se quiere hablar del tema, se tendrá que hablar de lo que pasó, por supuesto no de cualquier forma.
Es aconsejable evitar detalles íntimos que no suman ni construyen nada
Si no quiere hablar por un tiempo, se tendrá que tener paciencia también hasta que pueda hablar.
Esto que suena lógico y de sentido común, muchas veces no ocurre y quien comete la infidelidad no quiere hablar del tema, no quiere contener a la víctima e incluso puede llegar a enojarse el o la que la cometió. Por supuesto que, si pasa esto último, es todo lo contrario de lo que se debe hacer.
Tiempo, paciencia y etapas naturales
Otra de las cosas que muy probablemente ocurran es que la persona que padeció la infidelidad se encuentre inestable psicológicamente. Esto quiere decir que una semana va a tratar bien a su pareja y la próxima semana la va a tratar mal. Incluso estos cambios se pueden presentar en la misma semana o en el mismo día. Una semana va a querer continuar con la relación y a la próxima semana no. Es completamente natural que así sea por lo menos por un tiempo. Su cabeza está intentando procesar lo que ocurrió y a partir de eso transita ese proceso como puede. Dicho sea de paso, perdonar una infidelidad es un proceso y cómo tal implica tiempo y diversas etapas y cambios en ese tiempo. Quien cometió la infidelidad deberá tener paciencia y tolerar los distintos momentos.
Se deben respetar los tiempos y las etapas de cada personas y centrarse en recuperar la confianza perdida
Además de tener en cuenta la inestabilidad psicológica, hay otro factor fundamental para tratar de solucionar una infidelidad y eso es lo que se llama transparencia. Esto significa que quien cometió la infidelidad deberá comenzar a tener frente a su pareja la mayor transparencia posible. Y apunta claramente a tratar de recuperar la confianza perdida.
Entonces, a partir de esto, deberá dejarse de ver con la persona con quién cometió la infidelidad, y si esa persona le envía un mensaje, un e-mail, o cualquier tipo de comunicación, deberá contárselo a su pareja, aunque no sea algo grato. Además de intentar recuperar la confianza, lo que se busca también con esto es evitar una recaída. Si quien cometió la infidelidad recibe un mensaje y por algún motivo su pareja se entera, eso significaría una recaída y sería mucho peor que la inicial. Cabe destacar que todas estas son medidas provisorias hasta que la pareja logre recuperarse de la crisis. Son medidas de emergencia.
La reconstrucción depende de los dos miembros de la pareja
Es importante tener en cuenta que no solamente basta con que quien cometió la infidelidad quiera solucionarlo. Ese es un aspecto fundamental y necesario pero insuficiente. Esto quiere decir que también es necesaria la colaboración de la persona que sufrió dicha infidelidad. Por supuesto que respetando sus tiempos y dándole prioridad.
Cabe destacar también que este acto no es en general el problema principal que tiene la pareja. Se trata más bien de un tipo de fiebre, me dice que hay un problema, pero no me habla del problema de base. Una fiebre puede estar presente en muchos cuadros médicos, por eso no me doy cuenta de cuál es.
A la larga podemos incluso mejorar la calidad de la relación
En una pareja es igual, la infidelidad es como la fiebre, pero no me termina de explicar el problema de fondo. A partir de esto, después de superar la crisis y sus primeros tiempos traumáticos, la pareja tiene la oportunidad de pensar en conjunto por qué sucedió lo que sucedió y entonces, en algunos casos, después de superar un momento complejo como este, puede seguir adelante, incluso mejorando la calidad de la relación.