Los sexólogos lo tienen claro. Tener y alimentar nuestras fantasías es una de las mejores formas que tenemos de disfrutar de una vida sexual plena y placentera, huyendo de la rutina y del aburrimiento. Especialmente si llevamos mucho tiempo con nuestra pareja o si el paso de los años ha disminuido nuestro deseo. Para ello, nos proponen pensar y recrear escenas que nos resulten excitantes en las que todo vale. Eso sí, en nuestra mente.
¿Y qué pasa si las llevamos a la realidad? En muchos casos, pasa poco más allá de revitalizar nuestra vida sexual, descubrir nuevas facetas sobre uno mismo y explorar los límites de nuestro deseo. Pero, en otros, las consecuencias pueden llegar a ser devastadoras para nosotros mismos, para nuestra pareja e, incluso, para terceros…
Esta es precisamente la premisa de la que parte “Les Fantasmes” (“Las Fantasías”, en su versión española), la nueva película de los directores franceses David Foenkinos y Stéphane Foenkinos, en la que podemos ver a una madura y bellísima Monica Bellucci con una libido mortal, al lado de otros actores franceses de primer nivel como Denis Podalydès o Karin Viard.
El film, que se estrena en los cines españoles este viernes, 5 de noviembre, nos presenta en 102 minutos la historia de seis parejas distintas dispuestas a profundizar en su vida íntima y hacer realidad sus fantasías más ocultas, con consecuencias totalmente inesperadas. Algunas de ellas, muy comunes y conocidas, mientras que otras, mucho menos ortodoxas y mucho más peligrosas.
Realizada en clave de comedia negra, “Las Fantasías” pone abiertamente sobre la mesa y sin tabúes el debate sobre dónde se encuentran los límites del placer propio, pero lo hace con mucho humor y con mucho ingenio, dando como resultado una película divertida y a la vez respetuosa en la que no resulta difícil empatizar con sus peculiares protagonistas, muy a pesar de que sus fantasías nos resulten absurdas o se encuentren fuera de nuestro código moral.
En este pequeño avance en exclusiva, puedes ver una divertida escena sobre la historia de la dacrifilia, es decir, de la parafilia en la que la protagonista se excita con las lágrimas de su pareja. Aunque, en la realidad, puede tratarse de una forma peligrosa de sadismo, la película de los hermanos Foenkinos aborda esta fantasía con sutileza y perspicacia, generando situaciones muy divertidas en las que Céline Sallette se las ingenia para aumentar el dolor de su marido y provocarle el llanto, con el fin de conseguir más excitación y placer sexual, sin que él sea consciente de ello.

Parafilias más o menos comunes
Fantasear con nuestra expareja, con un compañero de trabajo, con una persona del mismo sexo, con un famoso, con más de una persona a la vez, con alguien vestido con un determinado uniforme o bien con el sexo realizado en sitios concretos son las fantasías más habituales que la mayoría hemos tenido alguna vez.
Sin embargo, las parafilias son patrones de comportamiento sexual hacia objetos, actividades o individuos atípicos, y los sexólogos han listado más de 500. En el film, los cineastas tratan solo a seis. Algunas, bastante comunes y popularmente aceptadas, como los juegos de rol o el exhibicionismo, mientras que otras son mucho menos conocidas, como la excitación con la muerte, con el llanto, con los hermanos de nuestra pareja o, incluso con la abstinencia sexual.
¿Cuál es el límite que separa la parafilia del erotismo? Según los expertos, no hablamos de parafilia si la práctica sexual poco habitual cumple con estas tres condiciones:
- No representa la única forma de alcanzar placer
- No causa daño físico, psicológico o de ningún tipo a quien la practica o a otras personas
- Los participantes se involucran de forma consciente, voluntaria y consensuada