Una persona cercana a nosotros (una pareja, un amigo o un familiar) de repente desaparece del mapa. No da señales, no contesta los mensajes ni las llamadas o incluso nos bloquea de las redes sociales sin motivo aparente para evitar cualquier tipo de comunicación. Es lo que se conoce como ghosting (nomenclatura claramente millenial), una técnica un tanto cruel de terminar una relación con alguien que está cada vez más de moda por la facilidad de llevarlo a la práctica mediante las nuevas tecnologías.
La persona que lo padece suele quedar muy confundida, sin saber lo que ha pasado, lo que ha podido ocurrir para llegar a esa situación. Desconoce los porqués, así que no para de darle vueltas al tema y pensar qué habrá podido hacer mal. Los seres humanos no podemos vivir con incertidumbre y necesitamos llenar ese vacío de alguna manera. Es un sentimiento de baja autoestima, de echarse uno mismo la culpa por creer que ha hecho algo mal o que no es lo suficientemente bueno. ¿Qué podemos hacer para pasar página y superarlo de la mejor manera?