El intercambio de parejas es una práctica antigua de la que seguro ya has oído hablar. Existen muchas maneras de experimentarla dependiendo del número de participantes (con una persona, con otras parejas, con un grupo cerrado de conocidos) y del espacio donde se realice: en una vivienda, en una masía, en la playa porque “surge” así o, por ejemplo, en un club de intercambio.
Las situaciones curiosas pueden surgir en cualquier circunstancia, independientemente del número de participantes y del lugar donde se practique ese intercambio. En este artículo queremos contarte qué escenarios curiosos te puedes encontrar cuando acudes a un club de swingers, donde existe una atmósfera específicamente creada para facilitar el contacto.
¿Qué es un swinger?
Una persona es swinger cuando, manteniendo una relación de pareja estable, ambas partes deciden practicar sexo con otras parejas que, a su vez, también conforman una pareja estable. Un elemento clave de este tipo de relación es que para las dos parejas el intercambio se produce siempre con consentimiento.
Javier y Ana son pareja. María y Luis también. La práctica más habitual entre swingers es que las dos parejas se separen y mientras Javier intima con María, Ana haga lo mismo con Luis. Otro de los elementos importantes del mundo swinger es que el intercambio se produce cuando todos están presentes y con la participación en el mismo momento y lugar de todos los miembros de cada pareja.
En este intercambio consentido y presente es importante recordar que la penetración no es obligatoria, de manera que pueden realizarse otras actividades, como miradas, tocamientos, caricias, besos, lametones, etc.

¿Quién es swinger?
Cualquier persona de tu entorno puede serlo: en tu bloque de pisos, entre tus compañeros de trabajo, un jefe, otros padres que conoces de la salida del colegio de tus hijos, la dependienta del supermercado, antiguos compañeros del colegio e incluso tus propios familiares.
Aunque es una práctica que se va extendiendo cada vez más, es probable que no sepas quién de tu entorno lo realiza. Los swingers no pregonan a los cuatro vientos sus experiencias, ni te dirán, un lunes durante el primer café de la mañana: “el sábado por la noche mi mujer y yo estuvimos en un club hasta el amanecer”.
¿Cómo son los swingers?
Son personas como tú y como yo. Es muy probable que en el algún momento de su vida (o de tu vida, si tú misma eres swinger) hayas experimentado sentimientos o emociones como las que relata Jordi Clotas en su libro Código Swinger.
- Sientes que el tiempo se escapa. Te atrapa la nostalgia de la juventud. Recuerdas con cariño tus épocas de noches de baile sin fin y experimentación y disfrute sexual con otras personas.
- Te ves a ti misma diciendo frases del tipo: “La monogamia es una imposición cultural y somos promiscuos por naturaleza", o “deberíamos permitirnos de vez en cuando un día libre de ataduras morales y sin darnos explicaciones”.
- Hace tiempo que has olvidado lo que es la pasión sexual y estás cansada de la rutina en tu relación, así que andas en busca de alternativas.
- Sientes la necesidad de nuevas emociones que suban la temperatura del lecho conyugal y este sea algo más que “un sitio para dormir”.
- Tienes la sensación de que queda un amplio territorio por explorar en lo que respecta a las relaciones sexuales.
- Has oído repicar campanas de “sexualidades alternativas”, de “relaciones de pareja open mind” y/o de los intercambios de parejas, y la curiosidad empieza a picar.
- Ya hace tiempo que flirteas en internet con los clubes de intercambio y quieres averiguar o confirmar algunas cosas que se te antojan tan inverosímiles como tentadoras.
- Has llegado a la conclusión de que antes de complicarte la vida con relaciones furtivas, dobles vidas, sospechas, traiciones, desconfianzas e infidelidades, prefieres buscar respuesta a tus necesidades junto a tu pareja.
- Atraviesas una etapa de “transición” con tu pareja (“donde “transición” puede traducirse como “crisis” latente que aún no ha hecho saltar las alarmas). Ojo con esta situación: recuerda que el intercambio de parejas no resuelve los problemas actuales de sus miembros, y el resultado puede ser peor de lo esperado.
Ahora sí, entremos en materia. A continuación, podrás leer cinco situaciones divertidas que pueden ocurrir cuando visitas un club de swingers con tu pareja.