Todas las parejas se pelean, esto es completamente normal porque, como están formadas por personas, a pesar de tener cosas en común, tenemos diferencias varias entre nosotras. Discutir es inherente a cualquier vínculo y sobre todo a uno tan íntimo.
Las parejas no tienen que evitar pelearse, sino aprender a hacerlo para que esas discusiones no se conviertan en una crisis y estas no deriven en separaciones. Lo cierto es que yo siempre desconfío de aquellas parejas que no se pelean nunca, y mucho. Porque seguramente en estas relaciones hay uno de los dos que se está guardando muchas cosas, y además, porque en mi consulta he trabajado con parejas que no se pelearon nunca y un buen día se separaron.
En los últimos tiempos aparecieron numerosas rupturas de parejas muy conocidas, como la de Risto Meijide y Laura Escanes, pero más allá de estas que son más impactantes, al ser mediáticas, las parejas se separan todos los días. Me parece importante y necesario poner el foco en las peleas y poder buscar formas para que la sangre no llegue al río.
Diferenciar entre peleas y problemas de fondo
Para empezar a revisar nuestras peleas, tenemos que tener en cuenta un dato extremadamente importante: todas las parejas del planeta tienen problemas que tienen solución y problemas que no se pueden solucionar. Así, es. Así como lo escuchas, tu pareja, la mía y la del vecino tiene problemas que no se pueden solucionar aunque quisiéramos y, por supuesto, estos problemas traen conflictos y discusiones.
Lo primero que tenemos que hacer es tratar de solucionar aquellos problemas que tienen solución, porque si bien la tienen, no se arreglarán solos. Con aquellos problemas que no tienen solución hay que intentar que no se enquisten, que no se profundicen.
Está comprobado que una pareja exitosa, aquella unión sana en la que los dos integrantes están a gusto, discute el primer año por un problema y en el año diez siguen discutiendo por lo mismo. Es cierto que no de la misma forma, ni con la misma intensidad, pero el conflicto persiste. Esto pasa porque tenemos diferencias estructurales con el otro que quizás no se pueden saldar. Dicho sea de paso, para que la pareja sea sana, no necesitamos estar de acuerdo en todo.

La asertividad, fundamental
Otra de las cuestiones importantes a la hora de discutir es poder ser asertivo, que es el arte de poder decir las cosas que me molestan de la mejor forma posible, en el momento más indicado y a quien corresponda. Si tengo un problema con mi pareja, se lo tengo que decir a esta persona, no a su amigo para que se lo diga a él o a ella. Entiendo que a veces puede resultar difícil este tema de la asertividad, pero tenemos que tratar de buscar ese norte. Ten en cuenta que una discusión que comienza de mala manera y de forma brusca, difícilmente vaya a terminar bien.
También a la hora de discutir es importante no criticar. Para esto es fundamental conocer la diferencia entre la queja y la crítica. Una queja hace referencia a una situación puntual que me ha molestado, en cambio, una crítica parte de una situación puntual y se extiende a la generalización e incluso puede incluir un agravio hacia el otro. Si cuando me molesta algo, manifiestas una crítica, el otro probablemente lo viva como un ataque y entonces a partir de esto active sus defensas y a partir de ahí se abra la puerta de la pelea.
Otra cuestión fundamental será revisar los frenos de la pareja a la hora de discutir. Quizá alguna vez te haya pasado que durante una discusión con tu pareja, uno de los dos intenta darle un abrazo al otro o le propone no pelear más. Esos son intentos de desagravio o los frenos que uno le ofrece al otro para que la pelea no escale. A veces el otro los puede recibir y a veces no funcionan, pero es importante intentarlo.
Tampoco será positivo para la relación el hecho de discutir por WhatsApp y luego no retomar personalmente el problema. Es cierto que la tecnología es parte cotidiana de nuestra vida y nos permite comunicarnos instantáneamente, pero esto puede ser un arma de doble filo. Será importante que lo que iniciemos vía tecnología lo continuemos cara a cara, aunque sea más difícil. Aunque te cueste creerlo, hay muchas parejas que discuten por WhatsApp dentro de la misma casa y no necesariamente lo hablan luego, como te imaginarás, el pronóstico de estas relaciones no es bueno.

Pedir perdón, importante aunque nos cueste
Por otro lado, es importante tener presente que se puede pedir perdón si nos damos cuenta de que nos equivocamos. No somos menos por pedir una disculpa, sobre todo a la persona que amamos y con quien queremos compartir nuestra vida. Algunos sienten que si piden perdón “perdieron” la batalla, otras personas se sienten “débiles” si piden disculpas. Es fundamental entender que no es así, porque sucede todo lo contrario: pedir perdón y hacerse cargo del error es de valientes.
Para terminar es importante tener en cuenta que si en una pareja reinan las peleas y los conflictos, no existirán en esa relación ganadores y perdedores, sino que la única que terminará derrotada será la pareja. Ten en cuenta también que todas estas cosas no salen de un día para el otro y que será cuestión de que ambos comiencen a practicar para aprender a pelear, y así construir una relación sana de pareja.