Una persona transexual es alguien que siente que existe una incongruencia ajena a su voluntad entre su sexo biológico y su identidad de género. El sexo biológico viene determinado por los genes.
Los cromosomas, las hormonas y los genitales definen antes de nacer cuál será el sexo biológico de una persona. Si la persona nace con órganos sexuales masculinos sus padres le pondrán un nombre masculino y si nace con órganos sexuales femeninos sus padres le pondrán un nombre femenino.
La identidad de género se refiere a cómo se siente uno mismo. Se trata de una vivencia subjetiva, muy personal, y puede coincidir o no con su sexo biológico.
Lili Elbe nació con órganos sexuales masculinos con el nombre de Einar Wegener en Vejle, una pequeña población situada en el centro de Dinamarca en 1882. Aunque fue criado como un niño (en correspondencia con su sexo biológico), al iniciarse su adultez temprana el género con el que se identificó fue el femenino.
Lili Elbe fue una persona transexual, aunque durante las primeras décadas del siglo XX este fenómeno no tenía nombre. La protagonista de esta historia sabía que era diferente y la medicina aprendía a comprenderla a marchas forzadas.
Primera juventud
La artista conoció a Gerda Marie Fredrikke Gottlieb, posteriormente conocida como Gerda Wegener, en la Escuela de Arte de Copenhague. Mantuvieron una relación cuando todavía era Einar, pero pronto algo cambió.
Tanto la película de Tom Hooper como la biografía en la que se basó el largometraje establecen que Lili se dio cuenta de que se sentía mujer cuando Gerda le pidió que se pusiera unas medias y unos zapatos de tacón para que pudiera terminar de pintar un cuadro porque ese día su modelo no se había presentado.
Hacia 1912 Lili decidió vivir abiertamente como mujer en París y lo hizo durante casi dos décadas, hasta que falleció en 1931.
En los años 20 Lili y Gerda ya habían roto su relación amorosa, pero siguieron en contacto y el cariño entre ambas nunca se perdió. Durante una época, seguramente antes de establecerse en París previo al estallido de la Primera Guerra Mundial, incluso Gerda acompañaba a Lili de vez en cuando a fiestas en las que ésta tenía más de un pretendiente.
Lili Elbe hacia 1926
El deseo de cambiar
Lili siempre quiso ser una mujer completa. Los vestidos, las medias y los zapatos de tacón manifestaban por fuera su identidad de género, pero quiso llegar hasta el final y cambiar su sexo biológico.
Visitó varios médicos y todos la consideraron una persona enferma con trastornos psiquiátricos. Todo cambió cuando entró en contacto con Magnus Hirschfeld, un médico sexólogo alemán que fue pionero en la defensa de los derechos homosexuales cuando en 1897 fundó el Comité científico humanitario para anular el artículo 175 del código penal alemán, que penaba con la cárcel las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
Hirschfeld desarrolló la teoría del tercer sexo, que consideraba un estado intermedio entre hombre y mujer y se convirtió en un aliado de Lili Elbe a la hora de comprender qué sentía la artista danesa. En palabras de la periodista Begoña Gómez Urzaiz, el médico “hacía poco que había acuñado el término «transexualismus» para referirse a aquellos que querían convertirse en, y no solo parecerse al sexo opuesto”.
En 1930 el famoso médico y activista alemán supervisó la primera de las cinco operaciones a las que se sometió Elbe: la castración de sus órganos sexuales masculinos.
Poco después la artista (aunque ya no se consideraba como tal porque pintar era la profesión de Einar, que ya no existía) se sometió a más operaciones para implementarle un útero y una vagina, pero no salieron bien y Elbe acabó muriendo el 13 de septiembre de 1931 a causa de una infección.
Durante sus últimos años el caso de Lili Elbe causó sensación en Alemania y Dinamarca. No existían precedentes. Meses antes de morir su país natal, Dinamarca, la reconoció, convirtiéndose en la primera mujer transexual registrada como tal en los archivos.
Después de la última operación y sabiendo que el final estaba cerca, escribió a su hermana:
Anoche soñé con mamá. Me cogió en sus brazos y me llamó Lili. Soy Lili, vital y he probado que he tenido el derecho a vivir durante 14 meses. Puede que 14 meses no sea mucho tiempo, pero a mí me han parecido una vida entera y feliz.
La película LGBT de 2015 La chica danesa puso de actualidad una historia real que a pesar de la repercusión inicial cayó en el olvido a raíz del estallido de la Segunda Guerra Mundial. En los últimos años el séptimo arte se ha esforzado en mostrar biografías y relatos de personas con vidas poco convencionales. Si quieres investigar otros títulos de cine LGBT para profundizar en este tema puedes encontrarlos aquí.