Apenas había empezado nuestro confinamiento en las profundidades de la cuarentena cuando recibo este mensaje: “Hace tiempo que no nos vemos. Pero tan pronto como se acabe el estado de alarma, guárdanos la primera hora de visita que tengas. Mucho me temo que la vamos a necesitar si no nos hemos matado antes”. Y mientras respondo en tono entre jocoso y formal recibo este otro: “Rosa, ¿alguna sugerencia, pauta, consejo, libro, milagro o lo que sea para lo que se nos viene encima? Tengo miedo de si Javier y yo saldremos de esta bien parados”. Y a las pocas horas: “el trabajo y el contacto con mi familia y mis amigos es lo que en los últimos años ha llenado el vacío con mi mujer. No sé cómo voy a sobrevivir a esto”. El conjunto de estos mensajes me enciende todas las alarmas. ¿Será verdad que las consultas de los psicólogos se llenarán de parejas en crisis tras y por la cuarentena?
Pese a los numerosos mensajes y consultas, no tengo una respuesta clara a este interrogante. Sí parece que tantos días de convivencia intensa añadidos a todos los elementos estresantes que la acompañan –a saber, las dificultades del teletrabajo, las incertidumbres económicas y laborales, las preocupaciones por la salud propia y el miedo por la de nuestros mayores, lidiar y acompañar a los niños en sus nuevas rutinas o falta de ellas, etc.- podrían agudizar las diferencias de las parejas establecidas sobre bases más frágiles o fortalecer y consolidar las virtudes de aquellas cuyos cimientos son más resistentes.
Si usted forma parte del segundo grupo, no debe preocuparse. Sólo hacer uso de todos sus encantos y habilidades, portarse bien y aguantar algunas semanas más saliendo lo imprescindible. Si, por el contrario, pertenece a los del primer grupo, este puede ser un momento propicio, probablemente por la falta de escapatoria, para robustecer ámbitos en los su relación de pareja es débil.
En las últimas décadas la ciencia y la investigación en el ámbito de las relaciones de pareja han dado un salto gigantesco en la identificación de los rasgos propios de las parejas satisfechas y duraderas así como en desentrañar cuáles son las prácticas, estrategias y habilidades que les son propias. En estas líneas pongamos de relieve un breve recordatorio de algunos de los hallazgos destacados.