En pleno siglo XXI, la seducción y el flirteo pasan ya, de manera irremediable, por el universo online. Las citas en bares son solo el plato final de una conversación que empieza en las aplicaciones de citas o las redes sociales con un like o, en su defecto, con un super match. Grupos de todas las edades se conocen y conectan en línea, llegando incluso a practicar sexting, es decir, el envío de mensajes de contenido erótico. Sin embargo, el amor en la red también puede suscitar controversia cuando se producen actitudes de ciberacoso; un problema que continúa estando latente en nuestra sociedad. Aunque Internet nos dio la libertad de tener citas a través de nuestro smartphone, esto no deja la puerta abierta al envío de mensajes comprometidos y violentos sin la aceptación y el permiso de la persona que esta al otro lado de la pantalla. Cuando esto sucede de manera reiterada e intimidatoria, entonces, hay acoso.
De hecho, casi el 60% de las niñas y adolescentes de todo el mundo sufre acoso o violencia diaria en las redes sociales y otros espacios online, según el informe ‘(In)seguras online: experiencias de las niñas y las jóvenes en torno al acoso online’, elaborado por la ONG Plan International.
Aunque el ciberacoso puede revelarse de muchas maneras, los insultos y el lenguaje ofensivo son la forma de acoso más común a la que se enfrentan las chicas, en un 59% de los casos, seguido de humillaciones (41%); comentarios negativos sobre su físico (39%), y amenazas de violencia sexual (39%).
El objetivo del ciberacoso es atemorizar, enfadar o humillar a la otra persona a través de mensajes hirientes, violentos o amenazantes.
Las redes sociales como Facebook, Instagram, WhatsApp, Snapchat, Twitter o TikTok, muchas de ellas utilizadas en su mayoría por adolescentes y jóvenes, son la cuna del ciberacoso que, llamémosle por su nombre, utiliza las tecnologías digitales para intimidar a otra persona. Y, pese a que estas redes disponen de mecanismos de denuncia y medidas de protección, las chicas entrevistadas por la ONG Plan International consideran que son ineficaces.
Cyber dating abuse
Pero el acoso no solo sucede en plataformas en las que buscamos mostrar una parte de nosotros como Facebook o Instagram; también en las apps de citas se dan este tipo de comportamientos intimidatorios. Es el conocido como cyber dating abuse. Algunas plataformas como Meetic ya se han comprometido a proporcionar a los solteros y solteras nuevas herramientas para la prevención y la detección del acoso online.
Por ejemplo, en este servicio de citas online, cuentan con Lara, una coach virtual de dating con inteligencia artificial que interviene cuando se envían demasiados mensajes a la misma persona y estos quedan sin respuesta. De hecho, si es necesario, esta asistente virtual explica las medidas que se pueden tomar para poner fin a la situación:
- Denunciar un perfil desde sus mensajes para alertar al servicio de moderación.
- Bloquear un perfil para que la persona no pueda volver a ponerse en contacto.
Tinder también se vio en la obligación de añadir unas normas de comportamiento en su aplicación. Se trata de un código de conducta y unas obligadas normas de confirmación para la creación de un perfil. Sin embargo, cabe decir que, en muchas ocasiones, estas medidas de protección se quedan en un vago intento. La realidad es que, según el último informe publicado por Pew Research Center sobre ‘Las virtudes y desventajas de las citas en línea’, un 46% de las encuestadas considera que las plataformas de citas no son seguras o no todo lo que deberían ser.

Ciber abuso y control de la pareja
Aunque no sean tan mencionadas, en el ámbito de la pareja también pueden darse actitudes relacionadas con el ciberacoso. Un abuso que se ejerce a través del control de llamadas y mensajes y del acceso y de las redes sociales, así como de las contraseñas personales. Incluso se pueden llegar a producir agresiones directas, a través de insultos, humillaciones y amenazas por mensajería instantánea o redes sociales. Unas actitudes tóxicas, desembocan en un comportamiento a veces tan sutil como dañino.
De hecho, según un estudio elaborado por investigadores del Grupo de Ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), junto con la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la Universidad de Deusto, el 23% de los adolescentes evaluados ha sido víctima de abuso online en la pareja.
Uno de cada ocho adolescentes fue nueva víctima de violencia en su relación a través de las pantallas en el transcurso de la investigación.
Ante este tipo de situaciones de acoso, lo más importante es no normalizar actitudes y conductas inadecuadas, concluir la conversación y tratar de tener relaciones sanas y constructivas desde el respeto. Por otro lado, recuerda que, recibir presión para seguir en contacto cuando ya se le ha dicho a un usuario que no, recibir mensajes con imágenes sexuales explícitas cuando no se ha dado el consentimiento para ello o llamar a la otra con un nombre ofensivo, será siempre ciberacoso. Ya sea en una app de citas o a través de tu red social favorita.