Seguro que en una relación de pareja tú también has vivido discusiones en las que acabas pensando: ¿Me estoy volviendo loca/o? Si esta sensación es algo puntual puede no ser nada grave, pero si acabas sintiéndola cada poco tiempo con tu pareja, puede que estés sufriendo un tipo de maltrato psicológico muy peligroso: el gaslighting.
¿Qué es el gaslighting?
Si alguna vez has oído esta palabra y te has preguntado qué significa, puede que te sorprenda y te sientas identificado/a. El significado en español de gaslighting es luz de gas, lo que hace referencia a un comportamiento en el que otra persona te descalifica psicológicamente y te manipula hasta hacerte dudar de tu propia realidad, recuerdos o percepciones. La psicóloga Silvia Congost explica que "hacer luz de gas es una forma de maltrato muy destructiva y peligrosa porque implica ir alejándote de lo que para ti es real y dudar de todo".
¿Cómo identificar el gaslighting?
Hay que aclarar que para saber si estás sufriendo luz de gas o no una de las claves es la frecuencia. Y es que, hay que saber diferenciar una actitud tóxica puntual del gaslighting, en el que esas prácticas son continuas, minando poco a poco tu autoestima. Algunos de los ejemplos de gaslighting más comunes son:
- Exagera tus defectos, haciéndote sentir inferior o inútil
- Te hace quedar en ridículo si le cuestionas. No importa dónde o quién haya delante, si cuestionas algo de lo que dice te intenta dejar en ridículo de forma teatral y exagerada.
- Aumenta su crueldad cuando ve que te estás hundiendo
- Explica las mismas mentiras que te hace creer sobre ti mismo/a a las personas de tu entorno. De esta forma hace que vayas sintiendo vergüenza de relacionarte con esas personas, lo que te lleva a aislarte.
- Combina este maltrato con momentos bonitos puntuales. Lo normal de las personas tóxicas es mezclar esos malos tratos con palabras de aparente cariño para confundirte y que pienses que todo lo hace por tu bien.

Consecuencias de la luz de gas
Hay que recordar que el gaslighting o luz de gas es una forma de maltrato psicológico, por lo que es muy peligroso. Estar cerca de alguien que te lo hace te irá arrastrando hasta llegar a cuestionarte a ti mismo/a, alejándote de tu realidad y tu identidad, destruyendo tu autoestima y deformando tu autoconcepto.
Al final, se trata de una forma de manipulación con la que puede hacerte dudar de todo y que pienses que esa persona tiene la razón en todo, con lo que es posible que pueda conseguir que hagas, digas y pienses todo lo que quiere esa persona.
Y en este concepto es importante recordar que, aunque lo más normal es sufrirlo en una relación de pareja, también puede darse con compañeros del trabajo, familiares o amigos, por lo que no hay que pasar por alto este tipo de comportamientos en ninguna situación.
¿Qué tipo de persona hace gaslighting?
De nuevo debemos recordar que todos en algún momento puntual hemos podido hacer luz de gas de forma inconsciente. Pero, en el caso del gaslighting habitual suelen ser dos tipos de personas las que realizan este tipo de maltrato psicológico:
- Los narcisistas: no tienen la capacidad para empatizar, creen que están por encima de los demás, que tienen la verdad y la razón con todo y que son perfectos. Suele haber una inseguridad de fondo, lo que les lleva a pisar, manipular y comprobar, de manera constante, que pueden hacer lo que quieran con los otros.
- Los sociópatas: suelen ser personas agresivas, incapaces de establecer y mantener relaciones interpersonales, ya que solo buscan su beneficio inmediato sin importarles que para obtenerlo afecten los intereses de los demás.
Estos tipos de personalidades suelen crear relaciones con personas que retroalimentan sus características, ya que las víctimas suelen ser personas con baja autoestima, inseguras, dependientes y con gran necesidad de afecto.
¿Qué hacer cuando te hacen luz de gas?
Si estás empezando a dudar de si te están haciendo luz de gas, lo más importante es confiar en tu intuición cuanto antes. Recuerda que al final esta práctica te hace dudar de tus pensamientos, por lo que cuanto antes hagas caso a esa voz interior, mucho mejor. Silvia Congost asegura que toda persona que crea estar sufriendo este tipo de maltrato debería consultarlo con un especialista o hablarlo con alguien de confianza: "Tener el valor de mostrarte vulnerable ante otros en quienes confías te permitirá mostrarles aquello que te ocurre, a pesar del miedo a sentirte juzgado. Es lo único que te dará fuerzas para conseguir escapar de lo que supone estar ahí atrapado".
Por todo esto, hay que estar alerta de las red flags o señales que desde un principio nos pueden indicar actitudes peligrosas para poder tratarlas o huir de ellas. Muchas veces no hacemos caso de nuestra intuición y permitimos comportamientos que no deben tolerarse, ya que pueden acabar desencadenando en maltrato y relaciones tóxicas que acaban con la autoestima.