La gran mayoría de veces no se trata de hacer nada nuevo para recuperar la pasión en tu pareja, con quitar lo que la está matando es más que suficiente y, no lo dudes, la tecnología es el gran veneno para las relaciones.
“Todas las noches igual, capitulito mientras cenamos y de ahí, al sofá, con otro capítulo y el móvil en la mano”. “Al llegar a la cama nos ponemos con el móvil y hasta que nos entra sueño, hace tiempo que el sexo brilla por su ausencia”. “Lo primero que hago todas las mañanas es mirar el móvil por si me ha entrado algún mensaje, me pongo al día de Instagram mientras desayuno y leo los correos”. ¿Te suenan estas situaciones?
Estas son algunas de las frases de las parejas que he atendido en mis eventos. Quizá tu situación no es exactamente así, pero estoy seguro de que si cambias el móvil por el ordenador, la videoconsola o la televisión, te sientes identificado. En todos los eventos siempre se repite la misma historia y cada vez es más habitual.
La tecnología, foco de toda atención
Una mujer llegó a decirme: “No me toca ni con un palo, te juro que pensaba que me estaba siendo infiel y en realidad estaba enganchado a un puto videojuego” Y no sé que es peor, porque la tecnología puede llegar a ser más adictiva que una amante, porque con la amante sabes que tarde o temprano el fervor se pasa, pero con el enganche a las pantallas, no. Detrás de un capítulo va otro, después de cada serie va otra, siempre podrás subir un nivel más del Candy Crush, o siempre te saltará un vídeo nuevo después de otro en YouTube.
La tecnología está creada para volverte adicto a ella. Piénsalo, no hace falta volverte conspiranoico. Si pagas por el servicio, como para jugar o ver series, ganan dinero contigo, y cuanto más te quedes, más ganarán. Si no pagas, si es gratis, es porque tú eres el producto y las empresas pagan para que tú veas los anuncios. No interesa que apartes la mirada de la tecnología y quiero darte 5 motivos para que empieces a crear espacios sin tecnología en tu relación de pareja.