Volver o no volver con un ex, esa es la cuestión que nunca perderá vigencia. Últimamente y de la mano de casos resonantes, ha retomado fuerza la disyuntiva de volver con una pareja con la que, en su momento, decidimos dejarlo. Pero si en su momento decidí eso, entonces no debería volver… no es tan sencillo.
Muchas veces terminamos una relación y queremos pasar página, mirar para adelante y avanzar. Pero, a veces, lo que el futuro nos tiene preparado no es lo que a nosotros nos gustaría y a partir de ahí pensamos en volver con una pareja anterior.
¿Por qué quieres volver con tu ex?
Es verdad que si la vida sentimental no me trae cosas que me gustan, aumentarán las posibilidades de volver con alguien del pasado o como mínimo me hará pensar en la idea. A menos que la relación haya sido un auténtico desastre.
Lo cierto es que existe un mecanismo y un refrán para que esto pueda suceder. Comencemos con lo primero, para pensar en volver tengo que poder disociar. Esto quiere decir que cuando piense en volver es muy probable que solamente recuerde las cosas positivas de mi ex y al mismo tiempo olvide deliberadamente lo malo. Es como si existiera una moneda de una sola cara, sabemos que en la vida real no existe tal cosa, pero en nuestra cabeza sí puede pasar algo así.
Con respecto a lo segundo, existe un refrán que dice “mejor malo conocido que bueno por conocer” y por supuesto quiere decir que, a veces, el hecho de ya conocer al otro suma muchas razones para volver a intentarlo, especialmente para las personas a las cuales les cuesta mucho los cambios.

¿Cuánto tiempo hay que esperar para volver con tu ex?
Ahora bien, no solo vamos a necesitar un mecanismo y un refrán, sino que a nuestra receta para volver le va a faltar un ingrediente fundamental y ese es el tiempo. Si terminamos una pareja y volvemos a las dos semanas o al mes, lamento decirte que aunque los dos pongan la mejor de las voluntades, la cosa no va a funcionar más allá de las primeras semanas.
Esto sucede porque básicamente los dos siguen siendo los mismos y tendrán los mismos problemas que los llevó a la ruptura. Entonces, teniendo en cuenta este punto, será fundamental que pase cierto tiempo entre que lo dejamos e intentamos volver (más adelante te explico esta frase). Pero no solo es cuestión de cantidad, no pasa por sumar meses o años para aumentar la probabilidad de que volver sea mejor que lo que dejamos. Además de la cantidad, también será fundamental la calidad, o sea lo que haga cada uno durante ese tiempo.
Me gusta pensar en la figura de “baldear el corazón” que hace referencia a que cuando terminamos una pareja sería bueno tomarnos un tiempo para poder revisar nuestra responsabilidad, pensar en qué cosas tuvieron que ver conmigo para que la relación no pueda continuar. Es como cuando haces una reunión en casa y luego tienes que ordenar y poner las cosas en su lugar. Por supuesto que el otro tendrá que hacer lo mismo.
Al tomarnos un tiempo para revisar esto, tendremos la oportunidad para cambiar ciertos aspectos de nuestra personalidad que quizás no sumen demasiado a la hora de estar en pareja. Mucha gente piensa que las personas no cambian, que no cambiamos. Yo creo que es verdad y mentira al mismo tiempo. Así de complejo.
Lo cierto es que todos podemos cambiar ciertos aspectos de nuestra personalidad, no todos, quizás algunos más periféricos, no centrales. Por supuesto que nuestra esencia y nuestro temperamento no va a cambiar, pero otras cosas quizás sí, y con eso tal vez ya nos alcance para que, si nos volvemos a encontrar, la cosa funcione de otra manera. ¿O me vas a decir que eres la misma o el mismo que hace cinco años, por ejemplo?

Responsabilidad afectiva, la base de todas las relaciones
¿Qué pasa si regresas con tu ex?
Ahora bien, si ya hemos entendido todos estos conceptos y estamos dispuestos a cambiar lo que hacía daño a la relación... ¿Qué más se necesita? Para mí, falta el último y no menos importante de los ingredientes, que es la forma en la que que veamos ese intento. Más arriba te decía que retomaría una frase que tenía que ver con el hecho de intentar. Yo creo que siempre es aconsejable poder moderar las expectativas para las dos partes.
Esto quiere decir que cuando decidimos volver con un ex, en realidad no volvemos. Empezamos a intentarlo y el regresar juntos será un punto de llegada y no un punto de partida. Esto también implica que será mejor ir poco a poco que ir rápido. Ir de menos a más y no de más a nada. Y en ese tiempo hablar mucho sobre lo que le pasa a cada uno para ver cómo va todo. Además, si todo se cumple, el escenario será diferente y es bueno que ambos se vayan adaptando a la nueva circunstancia poco a poco.
Ahora sí, ¡ya está! Después de todos estos requisitos podemos decir que volvimos con nuestro ex y no fallamos en el intento. ¡Todos contentos! Pero, ¡atención!... Me olvidaba de un detalle fundamental y muy importante para la pareja que decide volver. ¿Hablamos sobre lo que hizo cada uno de su vida sentimental en el tiempo que no estuvo con el otro?
Gran pregunta y un detalle que para mi gusto no puede quedar librado al azar porque puede poner en riesgo todo lo que hicimos hasta ahora. En mi opinión, no suma demasiado a la pareja ni tampoco construye mucho en esta nueva etapa el contarnos los detalles de ese tiempo. En definitiva, cada uno tendrá que preguntarse si tolera saber qué hizo el otro durante el tiempo que no estusvisteis juntos y si construye o no para lo que viene. ¡Ahora sí! ¡Ya no falta nada y volvisteis!