Hablar sin tabús sobre sexo, en cualquier entorno (familiar, entre amigos y sobre todo con tu pareja) es fundamental para una relación sexual sana y para disfrutar al máximo de cada encuentro íntimo. Generalmente la dificultad para hablar de la sexualidad suele darse entre personas que provienen de familias o entornos en los que el sexo es todavía tabú o algo considerado poco importante. Pero tiene solución y he aquí algunas consideraciones interesantes:
La telepatía sexual no existe
La transmisión de pensamiento entre personas, aunque se atraigan o sean pareja, es imposible. Por ello es imprescindible determinar un tiempo para hablar sobre sexo, pero vestidos. Es decir, no en el juego previo o durante el coito, sino en un ambiente distendido pero no propiamente sexual.
Listado de necesidades y deseos sexuales
Una premisa importante antes de hablar sobre sexo con tu pareja, es aclararte sobre lo que quieres, lo que necesitas, tus expectativas,… Tienen que ser concretas y deberás incluir aspectos sobre lo que necesitas previamente a la relación sexual, cómo quieres que tu pareja te estimule, tu frecuencia ideal… Especifica también qué estás dispuesta a hacer por mejorar vuestra relación sexual.
Sé honesta y clara
La típica frase “más vale una vez colorada que ciento amarillas” es perfectamente aplicable al terreno sexual. Ante determinadas propuestas o conductas de tu pareja, sea estable o esporádica, debes ser muy honesta contigo misma y no aceptarlas por compromiso o por temor a quedar mal. En el sexo, como en muchos otros ámbitos de la vida, hay que aprender a decir no. Y si no lo tienes muy claro, pospón la práctica para otro día con el argumento de que te lo pensarás.
Pactos y límites sexuales y emocionales
En la mayoría de las parejas se dan por establecidas unas normas muy generales sobre la fidelidad sexual y la fidelidad emocional, que a larga dan pie a demasiadas interpretaciones individuales. No temas comentarlos y establecerlos de manera explícita.
La sexualidad evoluciona
No es estática sino un proceso vital y por ello es habitual que surjan cambios a nivel individual o de pareja que necesitarán de nuevos consensos, que solo pueden producirse mediante la comunicación. Por ello, anímate a comentar con tu pareja esas situaciones, los cambios que sientes en tu cuerpo y conviértelas en una oportunidad para mejorar.
Además, tenemos 4 estrategias para no pelearse más:
Si crees que el subidón de adrenalina te ayuda a mantener vivo el deseo en la pareja, puedes optar por otras estrategias más adecuadas y menos arriesgadas:
1. Practica algún deporte intenso o de aventura con tu pareja: desde correr a saltar en paracaídas, dependiendo de vuestro grado de atrevimiento.
2. Simula una pelea con almohadas o forcejeos juguetones como preliminares sexuales.
3. Date y dale un espacio de libertad, incluso de unos días –organiza salidas con amistades, otros familiares, sola,…– para extrañaros mutuamente y que los reencuentros sean memorables.
4. Jugad a “flirtear con otros” en un ambiente controlado para generar sensaciones encontradas y aumentar la atracción entre vosotros.