Muchas mujeres deciden aparcar las relaciones sexuales cuando se enteran de que están embarazadas. En algunas ocasiones sí tienen motivos para abandonarlas durante este periodo, que se alarga con la cuarentena posterior al parto, pero lo cierto es que en la gran mayoría de ocasiones, no es necesario.
¿Por qué las mujeres descartan el sexo al quedarse embarazadas? Existen dos grandes razones:
- Los cambios hormonales. Cuando se produce una alteración en la producción de hormonas, más que aparcar el deseo lo que se produce es un cambio natural en la libido por la propia bioquímica del cuerpo femenino.
- El miedo a provocar algún daño al bebé. Todavía existe la percepción de que la penetración puede dañar al feto, bien provocándole lesiones, bien provocando un aborto o un parto prematuro.
En el primer caso es lógico que la revolución hormonal que supone quedarse embarazada disminuya el deseo de tener relaciones. El segundo caso se enmarca más bien en una mitología alrededor del sexo sin base científica clara.
4 mitos sobre la idea de mantener sexo durante el embarazo
Las 40 semanas de embarazo son una de las etapas más importantes en la vida de una pareja: es una posibilidad excelente para profundizar en el vínculo de amor y respeto mutuo al compartir un nuevo objetivo: formar una familia.
Despejemos algunas dudas y acabemos con estos cuatro mitos:
- Hacer el amor al final de la gestación adelanta el parto. Es falso. Dar a luz no se produce tan fácilmente por mucho que se produzca un ritmo intenso de penetración. Sí es cierto que en las últimas semanas el orgamo puede estimular que se produzcan contracciones, pero estas por sí mismas no son suficientes para desencadenar el parto.
- No se deben tener relaciones sexuales durante el primer y último trimestre. También es falso. Siempre que no exista una patología o contraindicación médica (más adelante veremos las principales), se puede practicar sexo durante toda la gestación.
- Conviene utilizar preservativo. Mentira. Solo es necesario utilizar el preservativo si existe algún riesgo de contraer una ETS o enfermedad de transmisión sexual.
- Hay que evitar ser muy fogoso. Falso. Como en los casos anteriores, a menos que exista prescripción médica que así lo indique, mantener relaciones sexuales es siempre posible. Lo que sí se recomienda es evitar un impacto violento contra el cuello del útero.
En ese sentido, la matrona y especialista en maternidad y preparación para el parto Carla Sarrat, recuerda: “Durante el embarazo es posible que, por un tema de comodidad para la mujer, se busquen otras formas de mantener relaciones sexuales. Para cada una es diferente, de la misma manera que la evolución a medida que la gestación avanza también cambia". Además, añade:
Al reducirse la lubricación natural con el embarazo, es momento de usar la imaginación y buscar alternativas
En relación con el sexo, ¿qué le ocurre a la mujer durante el embarazo?
El bebé va a estar protegido por el saco amniótico y por toda la musculatura abdominal de la mujer, por lo que la penetración, como tal, no va a ser capaz de provocar el parto.
Carla Sarrat confirma que cuando las mujeres acuden a ella para encontrar más información, la preocupación suele girar en torno a las prácticas sexuales durante el primer trimestre, durante el que experimentan una mayor inquietud y temor por el pavor a que ellas mismas sean responsables de provocar un aborto.
“Durante el primer trimestre la sintomatología de cansancio, sueño, mareos y vómitos reduce considerablemente la libido, que se suele recuperar durante el segundo y el tercer trimestre. A medida que avanza la gestación la preocupación por el aborto se sustituye por la búsqueda de posturas más cómodas”, explica.
¿Cuándo se desaconseja mantener relaciones sexuales durante el embarazo?
Sarrat reconoce que sus clientas suelen plantearle esta pregunta a menudo. La clave es que las relaciones se desaconsejan cuando lo dicta el médico o ginecólogo.
Las principales razones médicas por las que un especialista desaconsejaría o prohibiría las relaciones estando embarazada son:
- Diagnóstico de placenta previa: se produce cuando la planceta está por delante del cuello uterino, por lo que existe riesgo de sangrado y también riesgo de desprendimiento de placenta. La restricción en estos casos se limita a la penetración, que supone un estímulo peligroso para el feto.
- Insuficiencia o incompetencia cervical: Se produce antes de llegar a las 37 semanas de gestación. Puede ocurrir en ocasiones que el cuello del útero empiece a ablandarse antes de tiempo. Si no se trata, puede producirse un parto prematuro. Para no agravar la sintomatología conviene abstenerse de practicar sexo.
- Amenaza de aborto. Cualquier tipo de sangrado durante la gestación se considera una amenaza de aborto. Lo que el médico va a recomendar es un reposo absoluto para que pare ese sangrado.
- Amenaza de parto prematuro. En ocasiones hay mujeres que pueden presentar contracciones antes de que lleguen a buen término. En esos casos conviene reposo y restringir las relaciones sexuales con penetración.
- Rotura prematura de la bolsa amniótica: En estos casos existe un mayor riesgo de infección durante la gestación, hecho que debe contenerse a toda costa para evitar sustos indeseados. Puede haber pequeñas variedades en cada caso, pero pueden tomarse medidas para revertir la situación, entre ellas, no practicar sexo con penetración.
¿Qué alternativas existen?
Como bien sabemos, el mundo de la sexualidad es muy amplio. Sarrat afirma que el embarazo es un buen momento para que las parejas investiguen su propia sexualidad en un estado que en la mayoría de las ocasiones ocurrirá como máximo entre dos y tres veces a lo largo de la vida fértil de la mujer.
Además, la especialista lo defiende sin tapujos:
El sexo durante el embarazo produce un morbo añadido. Es el momento de aprovechar, no solamente porque son periodos de tiempo que ocurrirán pocas veces, sino porque una vez nazca el bebé no habrá tiempo ni para dormir
En las ocasiones en que por prescripción médica no convenga mantener relaciones sexuales con penetración, es el momento de dar protagonismo:
- A las caricias. Y a otras alternativas a la penetración. Explorar la piel de una mujer embarazada puede ser muy estimulante para ambas partes.
- A la comunicación. Algunas mujeres se fuerzan a mantener relaciones sexuales para tener satisfechas a sus parejas, incluso aunque no apetezca. Comunicar qué necesitamos y qué expectativas tenemos es clave para alcanzar consensos en este momento clave de la relación.
- A nuevas posturas. A medida que avanza el embarazo es posible que ella se sienta más cómoda estando encima. Sarrat puntualiza: “Si ella está estirada boca arriba el peso del bebé cae hacia abajo (es decir, sobre ella misma), y puede llegar a cortarse la circulación de la vena cava inferior". Y añade:
Si ella se sienta encima, el peso del útero cae sobre la cama, sin dañar al feto ni a la madre. La cuestión es probar e ir adaptando
En definitiva: empatía, comunicación y presencia en unas semanas clave en la vida de cualquier mujer y, por extensión, de toda pareja que espera la llegada de un bebé.