Cuando creíamos que la pandemia iba a impedirnos conocer a otras personas y tener relaciones sexuales, todos los datos apuntan a un aumento del sexting; es decir, al envío de mensajes de texto, imágenes o vídeos de contenido erótico. Una fórmula que ni si quiera la Covid-19 es capaz de frenar, y que el pasado año ya se disparó durante el primer confinamiento domiciliario. Ahora, las cosas no han cambiado mucho. Aunque contamos con mayores libertades, todavía hoy el cibersexo triunfa de manera rotunda entre grupos de todas las edades. Una conversación que empieza tranquila, pero que nadie sabe cómo puede terminar.
Es un hecho ampliamente conocido. Hoy en día, el amor pasa por la red. Lo raro es no haber tenido alguna vez un encuentro a través de apps de citas. Ligar en redes sociales es ya una manera activa de abrirse al amor, aunque sea desde tu sofá y en pijama. Justo ese nicho es el que aprovecha el sexting, una manera de empezar a calentar motores antes de la primera cita sin que para eso sea necesario desplazarse.
El 59% de los españoles confiesa que sus ganas de practicar el “sexteo” han aumentado durante la pandemia, según confirma un estudio de la app de citas AdoptaUnTío.
Y si antes la tendencia eran las citas en terrazas después de un par de copas de vino, empezar a intimar en la era Covid-19 pasa ya, en muchas ocasiones, por la vía de las imágenes y los textos de carácter sexual.
Desde la irrupción de la era tecnológica, miles de parejas y solteros practican esta fórmula de “sexo en la distancia” como una alternativa al placer físico. De hecho, el 70% de los encuestados asegura que no sólo conoce el término perfectamente, sino que, además, ha sucumbido a la tentación de compartir este tipo de material íntimo. ¿A caso todo esto no empezó con los SMS y el Messenger de hace años?
El auge del sexting
Textos, fotos, vídeos, audios… o una combinación de todo. En el cibersexo no hay barreras a la hora de avivar la llama el deseo. Los que lo practican lo saben bien. Solo hace falta una pantalla y un poco de curiosidad.
El auge del ‘sexting’ responde a esa búsqueda constante de ser más creativos y aprovechar las alternativas digitales para llegar a las personas de una forma diferente.
Si a día de hoy, el Zoom es el máximo referente entre profesionales y centros de formación, todo apunta a que las videollamadas de carácter sexual son también la mejor herramienta digital para dar rienda suelta al placer sexual. Fue justo en octubre de 2020 cuando Tinder, una de las apps de citas de referencia, introdujo el formato de llamada en línea. El resultado fue una gran cantidad de primeras citas vía pantalla, con copa de vino incluida y mucha diversión. Eso de “tomar algo a distancia” parece estar más de moda que nunca.
Los últimos datos al respecto, según un informe de la app Ourtime, desvelan que el número de encuentros en su plataforma ha aumentado de manera exponencial desde que se declaró el estado de alarma. Entre todos los medios posibles, las videollamadas fueron las más utilizadas con una media de 39 minutos por conversación.
“En un contexto donde gran parte de nuestro tiempo lo dedicamos a las pantallas, es normal que esta práctica se popularice, aunque siempre recomendamos hacerlo con responsabilidad”, explica Laura Solé, Country Manager de AdoptaUnTio.
Avivar la llamada del deseo sexual
Con la llegada de la Covid-19 todos nuestros hábitos, rutinas y otras actividades cambiaron de golpe. Por suerte, siempre tuvimos Internet para conectarnos con los otros. Aun así, algunos informes apuntan hacia una disminución de la vida sexual. Vivir en pareja no siempre implica tener relaciones sexuales, y menos si por medio hay una pandemia que influye en nuestra salud física y mental. La libido, ya se sabe, sube y baja en función de nuestro estado emocional.
De hecho, según una consulta de Ipsos a través de herramienta What&Why, la lectura general es poco alentadora: “practicamos menos sexo y peor que antes de la pandemia”. En este punto, el sexting toma la delantera proponiendo nuevas formas de relacionarnos en pareja. Una manera de romper con la rutina e introducir esa conversación subidita de tono que puede cambiar el rumbo de la semana.
Por ejemplo, al 70% de los españoles les resulta bastante “excitante” intercambiar este tipo materiales, contengan o no contengan imágenes. A veces, una frase sugerente es suficiente. Otras personas prefieren añadirle un plus de vidilla a la conversación enviando vídeos de lo más explícito.
Protege tú intimidad
Aunque es cierto que el sexo vía Internet requiere de intimidad, por eso gana tantos adeptos entre parejas, a día de hoy el sexting también tiene cabida entre personas que simplemente hace un par de días que dieron match.
El 71% de los encuestados confiesa que ha hecho “sexteo” con algún ligue y sólo el 29% lo haría exclusivamente con su pareja formal.
Como vemos, para el cibersexo hace falta perder la vergüenza y lanzarse a la piscina. Aun así, no podemos perder de vista ciertas “reglas” a tener en cuenta. No siempre es buena idea mandarle un nude a una persona desconocida. Solo si te da confianza puedes probar, después de haber intercambiado ciertas impresiones. En ocasiones, la acción tan inocente de enviar una imagen o un vídeo subido de tono conlleva ciertos riesgos.
“Si practicas sexting, que sea seguro”, este es uno de los lemas de ‘¡Entérate!: todo lo que nunca te han contado sobre sexo y relaciones’, el libro de Platanomelón que nos enseña a tomar las riendas de la conversación si la cosa se pone turbia. Recuerda que ante la insistencia siempre existe la opción de bloquear, una maravillosa herramienta para no ceder al chantaje.