En el sexo, hay quien prefiere algo más tranquilo y quien disfruta de encuentros salvajes. Los ritmos y la intensidad sexual varían según la persona y el momento. La pandemia, por ejemplo, nos ha obligado a parar y tomar ciertos respiros. De hecho, muchas personas han aprovechado este parón para reaprender nuevas fórmulas que van más allá del sexo inmediato al que a veces nos vemos abocados entre prisas y rutinas.
Pasar tanto tiempo en casa, ¡tenía que tener sus consecuencias! El resultado en muchos casos ha sido el slow sex, una manera consciente y muy intensa de disfrutar del placer sexual, que ya despierta curiosidad entre los amantes de las pasiones sosegadas, pero no por ello menos atrevidas.
Este sexo lento nos recuerda mucho a prácticas como el sexo tántrico, el cual no se centra solo en la estimulación genital, sino que busca la integración de todo el individuo en la conciencia pura. A fin de cuentas, la filosofía budista del Tranta se basa en estar en el “aquí y ahora”, que en el ámbito de la cama se traduce en disfrutar de las caricias y los besos sin necesidad de correr locamente a por el orgasmo. ¿Por qué no centrarse, por un momento, en las respiraciones y las miradas?
“Los orgasmos no deben representar una carrera hacia la meta. Vivimos en la era de la inmediatez, que nos hace querer todo para ya, incluso en lo sexual”, explica Valérie Tasso, sexóloga y embajadora de LELO.
Beneficios del slow sex
Si por algo gana adeptos el sexo lento frente al salvaje es porque permite que vayamos desacelerando el ritmo que traíamos con nosotros. Cuando entramos en contacto con la otra persona de una manera sosegada, o incluso si lo hacemos a través de nuestra propia masturbación, somos capaces de percibir mejor las sensaciones y los sentimientos. Además, esa relación tranquila nos permite introducimos de lleno en una burbuja en la que el tiempo o las metas ya no importan. El orgasmo pasa entonces a un segundo plano y aparece cuando realmente ha habido una previa estimulación.
Por ejemplo, si practicas esta técnica quizá percibes cómo te emocionas más fácilmente. No te preocupes, eso también es placer. Significa que te estás dejando llevar y que esa persona te transmite la confianza y la seguridad de poder hacerlo. De lo contrario, si vamos con el acelerador puesto no nos permitiremos que afloren las emociones y el encuentro se convertirá en un intercambio simple y superfluo.
Según los expertos de LELO, uno de los beneficios de esta práctica sexual es que, además de disfrutar mucho más del momento, “ayuda a conocer mejor el cuerpo de la otra persona”.
Conectamos, escuchamos y experimentamos con lo que la otra persona puede llegar a transmitirnos porque tenemos tiempo para hacerlo.
Si todo esto te parece complicado, no te desanimes porque, según la sexóloga y terapeuta de pareja Eva Moreno, “la escucha consciente también se puede aprender”. Para la autora del libro ‘Mi deseo depende de mí: Claves para estimular el deseo sexual’; “se trata de escuchar a la otra persona como si fuera parte de nosotras, es decir, de escuchar plenamente, eliminando todos los ruidos internos, para comprender lo que nos dice y captar el estado emociona
Cómo practicar el sexo lento
Para dar con esa “chispa” siempre existen cientos de opciones, solo necesitas ponerte e investigar. El slow sex, el sexo tántrico o el método 'karezza' —una técnica erótica en la que prevalece la sensualidad y que se centra en estimularse mutuamente con el objetivo de prolongar el placer sin necesidad de llegar al orgasmo— son tan solo algunas de las alternativas a ese sexo común y rápido que nos han vendido en películas y otros escenarios. Tener relaciones sexuales es mucho más que “un polvo rápido”, coloquialmente hablando.
Si trasladamos el sexo lento a la autoestimulación, ya sea para recuperar o mejorar nuestro deseo, existen algunos juguetes eróticos que nos lo ponen muy fácil. Por ejemplo, el succionador de clítoris SILA, de la reconocida marca sueca de juguetes eróticos de lujo LELO, ofrece intensidades más suaves que permiten a las mujeres llevar las riendas y el ritmo de su placer, siendo más conscientes de su anatomía y disfrutar sin ninguna prisa de la sexualidad.
Y es que, “solo al conocer mejor tu cuerpo, disfrutarás mucho de los encuentros sexuales con otras personas”, explica la sexóloga Eva Moreno. En los últimos años, la industria de los juguetes eróticos ha dado un salto enorme debido justo a este ámbito: el empoderamiento sexual de las mujeres.
Con mucha calma y con la ayuda de succionadores, ya tan conocidos como los que comercializa LELO o Platanomelón, muchas mejores disfrutan plenamente de su sexualidad sin ningún tabú. Sin embargo, no ha sido fácil romper con los prejuicios asociados al placer femenino, después de siglos de historia patriarcal.
“En LELO trabajamos de forma incansable con el objetivo de que el placer femenino deje de ser un enigma, especialmente para las propias mujeres. Es momento de explorar, disfrutar y hablar sobre sexualidad desterrando prejuicios y desvelando misterios”, recuerdan desde LELO.

Para seguir dando respuesta a esos interrogantes y continuar visibilizando el placer de las mujeres, la marca sueca ha lanzado un último artículo que promete revolucionar el mundo de la masturbación. Se trata de ENIGMA, un juguete erótico que combina tanto succionador de clítoris como estimulador de punto G. Con su doble estimulación, es perfecto para quienes deseen sumergirse en placeres aún por descubrir.
“Tengo el convencimiento de que los vibradores nos vuelven un poquito más felices, tanto por su utilidad lúdica como terapéutica”, reflexiona Moreno en su libro. Y tiene razón, ya que los objetos eróticos han acompañado a la humanidad desde el principio de los tiempos. ¿Por qué no lo iban a hacer ahora que contamos con muchas más aplicaciones tecnológicas para avivar el deseo?
Las parejas y las personas se reinventan, buscan nuevas maneras de alcanzar el placer, y esto no siempre pasa por la rapidez. Hay fórmulas que, como el sexting, prometen reactivar el deseo sexual tranquilamente con una conversación slow que nunca sabes cómo podría terminar. Tanto es así que el 59% de los españoles confiesa que sus ganas de practicar el “sexteo” han aumentado durante la pandemia, según confirma un estudio de la app de citas AdoptaUnTío.
Como veis, las alternativas al sexo inmediato son posibles. Solo hace falta bajar el ritmo de vida, olvidarse del trabajo y aplicar esa “escucha consciente” de la que Eva Moreno nos habla. Solo así, el encuentro sexual se convertirá en esa experiencia a la que querrás volver por su capacidad para hacerte disfrutar del aquí y el ahora. ¿Mindfulness hasta en el sexo? ¡Así es! Respira, inspira y déjate llevar.