107 parejas casadas, un muñeco de vudú del cónyuge y hasta 51 alfileres de munición para utilizar en función del enfado. Con estas herramientas, un equipo de investigadores de la universidad de Ohio (Estados Unidos) se propuso analizar la influencia de los niveles de azúcar en el comportamiento de las personas y en las relación de pareja.
Durante tres semanas, mañana y noche, los investigadores pidieron a las parejas reclutadas que controlaran su nivel de azúcar en sangre y que antes de acostarse buscaran un momento a solas para clavar tantos alfileres como considerarán necesario al muñeco de su pareja. El estudio determinó que los participantes cuyo nivel de azúcar era más bajo durante la noche eran mucho más generosos con el uso de alfileres. El muñeco era un auténtico colador.
Hay un término inglés que relaciona explícitamente el hambre con el mal humor, 'hangry', que combina las palabras 'enfado' (angry) y hambre (hungry). Este estudio da un paso más. Tratando de dar una explicación a este comportamiento, los psicólogos que participaron en el estudio argumentaron que la ira es una de las emociones más difíciles de contener y que quizá la parte del cerebro encargada de frenar los impulsos del enfado no encontraba combustible suficiente por la falta de glucosa.
Aviso a navegantes: No conviene tomar al pie de la letra los resultados del informe. En ningún caso los expertos emplazan a nadie a darse un atracón de azúcar para recuperar la pasión o llevarse bien con su pareja. Sí sugieren, quizá, evitar tener conversaciones importantes o tratar asuntos espinosos con el estómago vacío.
Terapias de azúcar para parejas
Un estudio sugiere que los matrimonios con niveles bajo de glucosa tienden a tener más peleas.
